En la Indicación Geográfica Chapadmalal
a metros del mar Atlántico, Bodega Costa&Pampa
Una de las bodegas argentinas más grandes decidió emprender vinos de geografía marina
Antes de empezar vale decir que sería injusto sorprenderse porque se hagan vinos en la provincia de Buenos Aires. Y más todavía, sorprenderse porque sean de viñedos cercanos a la costa, cuando el término “Vinos de la Costa” define al que históricamente produjeron (y aun producen) muchos pioneros españoles e italianos en las tierras bajas de las islas y del monte costero de Buenos Aires.
Hasta mediados del siglo XIX varias quintas de lo que hoy es el centro de la ciudad de Buenos Aires fueron productoras de vino. Entre 1940 y 1960 se llegó a producir un millón de litros anuales, provenientes de más de 300 hectáreas de vides y de 22 bodegas habilitadas. Luego la producción decayó, por la preponderancia de los vinos cuyanos, las crecidas extraordinarias del río de la Plata y la migración de los jóvenes hijos de los quinteros, sobreviviendo apenas para el consumo familiar y para la venta al menudeo.
Aclarado esto, vamos a hablar de Costa&Pampa, bodega experimental de Trapiche (que pertenece Peñaflor el mayor grupo en la industria vitivinícola argentina). En este caso, “Costa” en su nombre no refiere a la costa del Río de la Plata sino a la cercanía de los viñedos con el océano Atlántico, ya que los mismos están ubicados en Chapadmalal, a escasos kilómetros de la ciudad de Mar del Plata. Y el término “Pampa” identifica plenamente a la bodega con su ubicación en la fértil Pampa húmeda de la Provincia de Buenos Aires.
Y decimos “experimental” porque la novedad es que las uvas que se han plantado en estos noveles viñedos no son las mismas con que se produce el tradicional vino de la costa. Son cepas nobles que apuntan a la elaboración de vinos de alta gama, con un estilo único en nuestro país, definido precisamente por las particulares condiciones de este terroir afectado plenamente por la influencia marina.
Y no solo eso, también se destaca su característica de secano, es decir sin utilización de riego artificial, librado a las pródigas lluvias de la Pampa. Y continúan las diferencias: el suelo es distinto a los de Cuyo, son tierras negras muy fértiles; la fauna, con la presencia de miles de cotorras que amenazan arrasar con toda la producción de uvas en pocos días; y el clima, que además de la mayor humedad también presenta riesgos de heladas durante las etapas de floración.
Todo ello hace que el equipo de la bodega, al comando del joven enólogo Ezequiel Ortego (siguientes fotos, ver nota en este Blog) deba extremar cuidados y poner atención a muchos temas que no son comunes en otras regiones de mayor tradición vitivinícola. En ese sentido, la Bodega en su tríptico publicitario declara: “Una nueva faceta de la vitivinicultura argentina que desafía el status quo”.
Por el momento se han plantado varias cepas y los primeros resultados ya han sido determinantes para algunas de ellas, tanto a favor como en contra, según su adaptación al lugar. Por ahora predominan entre las exitosas las cepas de ciclo corto, en su mayoría blancas como Sauvignon Blanc, Riesling, Chardonnay y Gewürztraminer.Aunque por ahí se cuela el Pinot Noir, una de las menos tintas de las cepas tintas. Por otro lado, cepas como el Malbec y el Cabernet Sauvignon no han dado buena respuesta en este sitio. El resultado es la obtención de vinos más frescos y delicados, para los cuales se pone especial cuidado en lograr buena complejidad aromática y alcanzar buen volumen en boca.
En 2012 toda la uva cosechada se envió a Mendoza en camión frigorífico. A principios de 2013 se puso en marcha la bodega. Junto con Ortego, en el inicio trabajó Daniel Ekkert, bajo la dirección de Daniel Pi, enólogo jefe de Trapiche. Comenzaron con solo dos tanques de 10 Hl y dos de 5 Hl. La capacidad actual terminó de instalarse a fines de 2014.Actualmente los viñedos ocupan 25 hectáreas, de las cuales aún solo diez se encuentran en etapa productiva, distribuidas con estas cepas: 3,5 Ha de Pinot Noir, 3 Ha de Chardonnay, 3 Ha de Sauvignon Blanc, 0.25 Ha de Riesling y 0.25 Ha de Gewürztraminer.
Tuve la posibilidad de probar el Sauvignon Blanc 2013 de notas frescas y cítricas, el sabroso Chardonnay con paso por roble francés y el Pinot Noir muy destacado por las notas salinas que lo hacen diferente a los Pinot Noir de otras regiones del país.
También se elaboraron pequeñas partidas de Riesling y Gewürztraminer, ya agotadas, y dos espumantes que están por salir al mercado: unas 10.000 botellas por método Champenoise, 80% Pinot Noir y 20% Chardonnay que pasa un año y medio sobre lías. Y otro rose también por método Tradicional.
Entre las nuevas plantaciones se encuentran: otras dos hectáreas de Riesling y nuevas cepas como Pinot Grigio, Pinot Blanc, Pinot Meunier, Albariño, Chenin y una tinta: Ancellota.
Durante mi visita se estaba cosechando el Pinot Noir, que da un rendimiento de 8.000 kg/Ha (6.500 el Chardonnay y 5.000 el Sauvignon Blanc). Recorriendo los viñedos con Ezequiel Ortego pude observar algunas de las particularidades del viñedo: las redes instaladas sobre las plantas para proteger las uvas de los pájaros y cómo el efecto del viento proveniente del mar afecta las primeras filas de los viñedos deshidratando los racimos, mientras que el resto de las uvas más protegidas se mostraban en perfecto estado. Esto es parte del aprendizaje y ha llevado a plantar los nuevos viñedos en distinta orientación y a pensar a futuro en plantar álamos para atenuar el efecto del viento.


Otras de las tareas que llevó a cabo Ortego fueron habilitar la nueva bodega y lograr por parte del Instituto Nacional de Vitivinicultura la certificación de Chapadmalal como Indicación Geográfica (I.G.). Este trámite, que reconoce las características particulares de esta región vitivinícola, incluyó demostrar la historia del lugar: 17.500 hectáreas fueron entregadas por el Gobierno Argentino a la familia Martínez de Hoz como pago por sus aportes a la conquista del Desierto, encontrándose uno de los cascos de estancia principales el que se pegado a la bodega.Ezequiel define el proceso en una frase: “nuestro objetivo es encontrar la receta del lugar”.
Turismo en Bodega Costa&Pampa
Estando tan cerca de una de las ciudades argentinas con mayor afluencia de turismo, sería una picardía que no se pudieran visitar las instalaciones. Por suerte, Trapiche ha incluido el enoturismo como uno de los aspectos destacados del proyecto y la bodega cuenta con amplios y cuidados espacios de atención al visitante.Ellos son atendidos por guías turísticos, de los cuales pude conocer a Santiago García Pia, Micaela Uriz (en la foto con Ezequiel Ortego) y Carolina Martínez del Río; que se han especializado y acompañan al visitante en la recorrida por los viñedos, la bodega y el casco de la Estancia Santa Isabel, anexo a la bodega.
La visita tiene una duración aproximada de una hora y culmina con una degustación de vinos; todo a un precio muy razonable. Se ofrece (con costo) un servicio de Tablas de Mar con variedad de pescados y mariscos o Tablas Pampa con fiambres y quesos, para maridar los vinos de la bodega. Los menores no pagan ni degustan los vinos. Es importante realizar reserva previa.
Info@myptrapiche.com.ar /Tel. (0223) 464-4312/4313/4316Ubicación: a Av. Antártida Argentina km 16 – Chapadmalal – Provincia de Buenos Aires.
Cómo llegar a Bodega Costa&Pampa
Desde Mar del Plata es recomendable acceder por Avenida Antártida Argentina. Al llegar a la altura del Km 16 (no marcado en la ruta) hay un cartel de la bodega que indica el lugar en el cual se debe girar hacia la izquierda, por la calle de tierra N° 749 (algo poceada) en dirección al mar. La entrada a la bodega queda a unos cientos de metros a mano derecha, claramente marcada por un portón entre dos paredones con las inscripciones de Trapiche y el nombre de la bodega. Importante: la vigilancia confirma la existencia de la reserva antes de franquear el paso.
Conclusión
Es realmente una suerte que continúen naciendo proyectos vitivinícolas en la Provincia de Buenos Aires (hay varios otros en Saldungaray, Médanos, Tandil, etc.). Y en este caso apoyados por una empresa líder en el mercado argentino, con espalda financiera como para experimentar y llegar a los mejores resultados.Me quedo expectante para probar los espumantes y la futura aparición de los vinos de las nuevas cepas, especialmente el Albariño, ideal para maridar con los excelentes frutos del mar argentino.
Encelente nota Angel!!! GRcias por acercarnos este emprendimiento!!
ResponderEliminarGracias Luz. Una suerte tener una bodega para visitar cerca de Mardel.
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