Una de las bodegas más imponentes y modernas del Valle de Uco
Luego de realizar la etapa técnica de la visita, en la cual Martín Di Stefano Ing. Agrónomo de Familia Zuccardi nos explico detalladamente los suelos de Paraje Altamira y el Valle de Uco (ver nota) nos aprestamos a realizar la parte práctica: recorrido por la nueva Bodega Piedra Infinita, degustación de vinos (nota aparte) y el merecido almuerzo en el restaurante.
Llovía copiosamente mientras visitamos los viñedos y las calicatas, pero Familia Zuccardi esta en todos los detalles y nos había provisto de paraguas, guarnecidos con los cuales llegamos hasta el acceso a la bodega. Allí, antes de entrar, nos recibió Sebastián Zuccardi, tercera generación de la familia propietaria de la bodega, a cargo actualmente de la Dirección de la misma y reconocido por Tim Atkim como el Winemaker del año 2016 de nuestro país.
Intencionalmente, pese a la lluvia, decidió darnos la bienvenida a 100 metros de la entrada porque deseaba que pudiéramos apreciar cómo el edificio de la bodega fue diseñado para conformar una unidad estilística con su entorno, y construido con materiales obtenidos en la zona: piedras, arena, agua...
Y remarcó que la forma del camino peatonal de acceso representa un aluvión que baja serpenteante entre las tierras y piedras de Altamira. Esas piedras que fueron el primer obstáculo a vencer, ya que se requirió disponer de 1.000 camiones para despejar la zona de ellas y permitir plantar los viñedos y construir la bodega cuyo nombre les hace homenaje: Piedra Infinita.
Recorriendo la Bodega Familia Zuccardi
Sebastián nos contó que, en linea con el concepto adoptado, para la bodega decidieron utilizar tanques troncocónicos de hormigón con paredes de 18 cm de espesor que permiten un mejor control de las variaciones de temperatura y menor micro-oxigenación. Una de las ventajas, comparados con los tanques de acero es que se elimina la carga eléctrica que se produce en éstos.
Y comparó hacer vino con amasar pan: no es lo mismo hacerlo sobre una tabla de madera o de hormigón que sobre una plancha de acero inoxidable. Recordó que conoció los huevos de cemento a través de Matías Michelini, quien estaba haciéndolos en el mismo fabricante donde Zuccardi mandaba a hacer las piletas de concreto.

Asombra la cantidad de tanques de concreto, pero ello resulta indispensable para poder seguir la idea de vinificar por separado la uva de las distintas parcelas (ver nota). Aprovechando la pendiente natural del terreno, la bodega fue diseñada para manejar la recepción de fluidos en forma natural, por gravedad.
La utilización de materiales dentro de la bodega asombra también por lo simple y utilitaria, casi no se ven materiales que requieran mantenimiento, el concreto se impone y los metales son muy pocos, los imprescindibles. La bodega da la sensación que va a ser eterna.
La capacidad de tanques de concreto de mediano volumen da la posibilidad de almacenar los litros obtenidos de cada parcela separadamente e incluso permite diseñar la plantación de los nuevos viñedos en función de los mapeos que se van realizando.Esto será aplicado en los próximas plantaciones en Gualtallary, donde hasta los sistemas de riego son diseñados en unidades de riego no mayores a una hectárea para sumar mas herramientas al manejo diferenciado de las parcelas según su suelo.
Los vinos se elaboran utilizando solo levaduras indígenas y su paso por madera también esta siendo replanteado, buscando influenciar lo menos posible sobre los mismos. Si bien en la nueva bodega continúan viéndose las barricas de roble francés, estas ya no son de 225 litros sino de 500 litros y se han incorporado 12 toneles de 2.500 litros (llamados foudres) provenientes de Austria, Francia e Italia. Incluso, para reducir la influencia de la madera nueva, los dos primeros años fueron llenados con un vino de sacrificio, ay que lo que interesa es la micro-oxigenación y el contacto con las lías.
Zuccardi basa su liderazgo en la investigación y para esto cuenta también con la enóloga Laura Principiano quien se incorporó en 2009, participó en los conceptos base para el diseño y construcción de la bodega y, como responsable enológica, está a cargo de las investigaciones, fermentaciones con racimo entero y micro-vinificaciones.
La bodega cuenta con dos grandes salas de degustación, una ubicada bajo tierra, con dos paredes vidriadas que dejan ver la sala de barricas y otra muy novedosa ubicada en el piso superior, justo encima de la cava particular de la familia.
La cava es impresionante, cuenta con un diseño circular en cuyo centro se ubica una gigantesca piedra de casi dos metros de altura que fue encontrada en ese sitio durante la construcción y se decidió dejarla allí mismo, guardiana de los mejores vinos de la familia. Las paredes de la cava están completamente dedicadas a guardar las botellas y en el techo se dejó, justo en el centro, un pequeño agujero que permite que un rayo de luz natural llegue a la piedra.
La sala de degustación de la familia posee una impresionante vista a las montañas y a los viñedos y su techo es el mismo domo que llama la atención cuando la bodega se divisa desde lejos, simbolizando una conexión con el cielo.
Lejos la mejor parada del viaje. que lugar por Dios! y como nos pasaron el trapo con los vinos, no me lo esperaba.
ResponderEliminarTu trabajo con las distintas notas sobre Zuccardi es excepcional Angel, aplauso de pie!