El Ángel del Vino eligió escribir sobre el Alto Valle de Río Negro porque le unen a ella sus raíces. La mitad de mi familia ha tenido sus destinos atados a esta región en la que todo estaba (y considero que mucho aún está, especialmente hablando de vinos) por hacerse.
A principios del siglo XIX dos de mis tíos abuelos dejaron su España natal para hacerse “la América”. Aniceto y Pablo llegaron a Buenos Aires con lo puesto, buscaron trabajo y lo consiguieron rápido. Era la época en que la Patagonia era pretendida por Chile y el gobierno argentino había comprendido que era necesario desarrollarla para afirmar allí una endeble soberanía que había sido conquistada con la campaña del desierto en la lucha con los indios pocos años antes. Esa soberanía ahora se encontraba amenazada por Chile.
Para afrontar una posible guerra con el vecino país, el gobierno argentino decidió de apuro construir un ferrocarril que atravesaría más de 1.000 km hasta llegar a lo que hoy es la ciudad de Neuquén. Una vez allí la compañía a cargo del proyecto, Ferrocarriles del Sur, había trazado un plan de desarrollo a través de su subsidiaria Compañía de Tierras del Sud. S.A. que incluía la construcción de represas y canales, para hacer fértil ese desierto y vender tierras fraccionadas como chacras irrigables, ¿a quiénes?, a muchos de sus mismos empleados que, al llegar a destino, recibían su paga y buscaban un nuevo horizonte.
Mis tíos abuelos llegaron en ese mismo Ferrocarril y trabajaron construyendo a carretilla y tablón esos canales de riego, hasta lograr comprar sus propias tierras en 1923 logrando que algo impensado para ellos apenas un par de años antes, se hiciera realidad. La utopía de "hacer la América" era cierta. Quince hectáreas peladas adquirieron y las empezaron a trabajar desde cero, con solo el agua a disposición a tomar de uno de esos canales recientemente construidos por ellos mismos. El lugar podría haber sido cualquiera, pero les tocó en Cinco Saltos.
Un par de años más tarde, por carta, tentaron a su hermano menor Pedro Arredondo, a venir a probar suerte a la Argentina. Y así llegó mi abuelo, quien poco tiempo después, en 1928 y en base a muchísimo trabajo, adquiría sus propias doce hectáreas para hacer su propia “chacra”.
A principios del siglo XIX dos de mis tíos abuelos dejaron su España natal para hacerse “la América”. Aniceto y Pablo llegaron a Buenos Aires con lo puesto, buscaron trabajo y lo consiguieron rápido. Era la época en que la Patagonia era pretendida por Chile y el gobierno argentino había comprendido que era necesario desarrollarla para afirmar allí una endeble soberanía que había sido conquistada con la campaña del desierto en la lucha con los indios pocos años antes. Esa soberanía ahora se encontraba amenazada por Chile.
Para afrontar una posible guerra con el vecino país, el gobierno argentino decidió de apuro construir un ferrocarril que atravesaría más de 1.000 km hasta llegar a lo que hoy es la ciudad de Neuquén. Una vez allí la compañía a cargo del proyecto, Ferrocarriles del Sur, había trazado un plan de desarrollo a través de su subsidiaria Compañía de Tierras del Sud. S.A. que incluía la construcción de represas y canales, para hacer fértil ese desierto y vender tierras fraccionadas como chacras irrigables, ¿a quiénes?, a muchos de sus mismos empleados que, al llegar a destino, recibían su paga y buscaban un nuevo horizonte.
Mis tíos abuelos llegaron en ese mismo Ferrocarril y trabajaron construyendo a carretilla y tablón esos canales de riego, hasta lograr comprar sus propias tierras en 1923 logrando que algo impensado para ellos apenas un par de años antes, se hiciera realidad. La utopía de "hacer la América" era cierta. Quince hectáreas peladas adquirieron y las empezaron a trabajar desde cero, con solo el agua a disposición a tomar de uno de esos canales recientemente construidos por ellos mismos. El lugar podría haber sido cualquiera, pero les tocó en Cinco Saltos.
Un par de años más tarde, por carta, tentaron a su hermano menor Pedro Arredondo, a venir a probar suerte a la Argentina. Y así llegó mi abuelo, quien poco tiempo después, en 1928 y en base a muchísimo trabajo, adquiría sus propias doce hectáreas para hacer su propia “chacra”.
Porque en Río Negro no le llaman "fincas" como en Cuyo. Les llaman chacras. La trabajó con el arado, la desalinizó, y plantó alfalfa, verduras, manzanos, perales y tres hectáreas de viña. Allí nacerían mis tíos y mi madre, quienes a su vez pondrían todo su esfuerzo en trabajar esa tierra.
Yo nací y viví en Buenos Aires, pero todos los veranos viajábamos a Río Negro a visitar a la familia materna y pasé parte de cada verano en esa bella chacra. Los mejores recuerdos de mi infancia provienen de ese lugar, y entre ellos, el comer las uvas directamente del parral y haber visto a mi abuelo hacer el vino.
¿Y qué tiene que ver esta historia personal con Río Negro como región vitivinícola? Absolutamente todo. Porque en esa misma escala se desarrollaron casi todos los proyectos productivos que convirtieron a este valle, durante más de 50 años, en la tercera principal región vitivinícola de la Argentina después de Mendoza y San Juan. Fue su época dorada, que sucesivas crisis posteriores y la aparición de otras alternativas productivas más rentables llevarían a su ocaso, en las décadas de los 80 y 90. Aún hoy se está tratando revivir esta industria, de la que bodega Humberto Canale, fundada en 1909, es una marca representativa.
Los números lo demuestran: entre 1920 y 1960 la región llegó a tener 160 bodegas que elaboraban vinos de calidad y hasta 17.000 hectáreas plantadas. Pero, vencidos los pequeños productores por el modelo de volumen y baja calidad que reinó a partir de los años 60, Río Negro fue la región vitivinícola que mayor descenso en superficie plantada sufrió en la Argentina, pasando actualmente al séptimo lugar entre las provincias; con una reducción a 2.803 ha en 2008 y a apenas 1.659 ha actualmente, según datos del INV (datos que incluyen las viñas el Valle Medio del Río Negro y el Alto Valle y Valle Medio del Río Colorado) y hoy cuenta apenas con 31 bodegas inscriptas, de las cuales solo 24 son elaboradoras.
Ví esa crisis por mí mismo, y recuerdo como si fuera hoy, el verano que al llegar a la chacra descubrí con tristeza que las tres hectáreas de viñas habían sido arrancadas para plantar perales.
Ví esa crisis por mí mismo, y recuerdo como si fuera hoy, el verano que al llegar a la chacra descubrí con tristeza que las tres hectáreas de viñas habían sido arrancadas para plantar perales.
Hoy en día al recorrer el Valle de descubren los restos de esas bodegas y algunas de ellas están siendo reactivadas por pequeños emprendimientos, animados por el regreso a un modelo de vinos de calidad para el que Río Negro está especialmente preparado.
Viñedos Bodega Chacra |
Pero que mejor para entender estas condiciones que las opiniones de Piero Inciso Della Rocchetta, el italiano descendiente de la familia propietaria de Tenuta San Guido, productor del famoso vino Toscano Sassicaia, que se aquerenció en el Valle de Río Negro y hoy produce con viejas viñas ubicadas en la localidad de Mainqué algunos de los mejores vinos argentinos según la evaluación de Robert Parker: el Chacra 32 y el Chacra 55, ambos nada menos que Pinot Noir.
“El alto Valle de Río Negro presenta condiciones micro climáticas que son únicas y te permiten cultivar de una manera orgánica: poca pérdida de producto y muy buena calidad de fruta, intensa luminosidad que da energía y madurez, aire limpio, sin polución y prácticamente sin nieve. La lluvia, que es poca, el agua súper mineral y limpia, y el viento constante que seca todo y evita la humedad y los hongos".
"Siento que la naturaleza, Río Negro y el clima merecen más que yo solo. Me encantaría que haya muchos más productores en la Patagonia. Creo que recién ahora se están empezando a ver individuos experimentando y haciendo cosas distintas. Más y más personas están dando un complemento a la producción de las grandes bodegas. Aun así creo que el lado más artesanal debería crecer un poco más".
El informe del INV resume: "Los días son templados y luminosos y las noches frescas, con una apreciable amplitud térmica. El principal factor limitante para el cultivo de la vid son las heladas tardías y tempranas, que perjudican especialmente a las variedades de ciclo vegetativo largo. Esta zona se caracteriza por tener vientos fuertes que producen sequedad en el ambiente, lo cual evita la aparición de enfermedades criptogámicas. Esta condición favorece la posibilidad de elaborar vinos orgánicos, sin uso de agroquímicos en el cultivo de vid. Debido al clima frío de la región, las uvas y mostos presentan características diferentes de las zonas andinas, mayor contenido de acidez y regular tenor azucarino. La gran amplitud térmica diurna y las bajas temperaturas permiten que las variedades tintas alcancen un nivel de color más alto que en otras zonas del país, tal es el caso de la variedad Pinot Noir, de la cual, en esta región, se obtienen vinos de buen color y aroma".
Viñedos Bodega Chacra |
Para finalizar, quiero resaltar un detalle no menor y es que, si nos olvidamos de límites políticos y nos atenemos a la conformación de clima y suelos de la región, en alguna medida puede explicarse la caída de superficie plantada en el Alto Valle de Río Negro por el enorme crecimiento que tuvo desde 2000 el desarrollo vitivinícola en Neuquén.
Y la cuestión no es menor, porque solo el caprichoso límite geográfico entre ambas provincias -trazado en línea recta hacia el norte- hace que la zona de San Patricio del Chañar no esté en Río Negro, pese a encontrarse sobre la misma margen norte del río que toda la región del Alto Valle. El límite viene dado por el Río Neuquén hasta la localidad rionegrina de Villa Manzano y desde allí sube en línea recta hacia el norte, dejando a San Patricio del Chañar en la provincia de Neuquén, como se puede ver en la siguiente figura:
Con esto quiero decir que si se considera la zona en su totalidad, la brusca caída no es tal, sino que más bien se ha ido dando una relocalización de viñedos hacia zonas que se encontraban vírgenes y con valores de la tierra mucho menores que los de la desarrollada zona rionegrina. Esto lo viví en mi propia familia. Aquella chacra que les conté al principio ya no existe, ha sido loteada e incorporada a los barrios de Cinco Saltos, y mis tíos realizaron plantaciones de frutales en la zona de San Patricio del Chañar.
Espero no haberte decepcionado con esta nota, que buscó mostrar el aspecto histórico de la zona más más que las características de los suelos o de los vinos del Alto Valle de Río Negro, pero en este blog buscamos siempre profundizar en las historias que hacen posible el vino.
Espero no haberte decepcionado con esta nota, que buscó mostrar el aspecto histórico de la zona más más que las características de los suelos o de los vinos del Alto Valle de Río Negro, pero en este blog buscamos siempre profundizar en las historias que hacen posible el vino.
Bibliografía consultada:
El índice NVDI y su relación con la vitivinicultura del Alto Valle de Río Negro
Gracias a Bodega Chacra por las fotografías (obtenidas de su pagina web), al INV y a revista Wine&Co por los textos reproducidos en esta nota.
Otras notas de Argentina Wine Bloggers #RegionesDelVino:
- Gualtallary, ese divino tesoro por Caza Vinos (Sebastián Casabe)
- Vinos en Entre Rios de Por las Catas y las Bodegas (Lisandro Falcone)
- Valle de Calingasta de Blog Mr Wines (Fernando Musumesi)
- Barrancas Maipú de Blackwines (Javier Giacomelli)
Ángel muy buena la nota y la data histórica y familiar!
ResponderEliminarSalute
Excelente nota y gran historia Ángel!! Bravo!!
ResponderEliminarSí, claro que la cuestión de los límites,
ResponderEliminares tal cual haces referencia. Yo me crié en
la Isla Victoria -Lago Nahuel Huapi- pero al
estar próxima a Bariloche, muchos creían
que pertenecía a la Prov. de Río Negro,
cuando es realidad, es "Neuquina".!
Salvando las distancias con tu historia
tan familiar y afectuosa.-
Vivíamos en Bariloche y recuerdo que mi
padre me mandaba a comprar el "Vino Canale"
que así le decíamos, como quién nombra el
Pan Dulce... Canale.!
Abrazo.!
Muy buena Angel !!! Le suma mucho la parte familiar/histórica
ResponderEliminarSalú !!!
Muy linda nota Ángel.
ResponderEliminarHermosa nota, ÁNGEL !!
ResponderEliminarMe encantó el enfoque que le diste.
Abrazo. ROBERTO