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lunes, 6 de mayo de 2019

Cabernet Franc el padre nuestro del vino


Puro, natural, completo, directo, sincero... 

Los adjetivos calificativos que surgen al buscar en el diccionario una traducción del francés de la palabra "franc". 

No es extraño, por lo tanto, que se haya incluido en el nombre de ésta cepa esa acepción, ya que quienes lo cultivan saben bien que es una uva súper sana, que no se enferma, que es ordenadita, con brotes bien verticales y que además madura bien y no suele tener muchos problemas.

Su origen

Decimos en el título que Cabernet Franc es el "padre nuestro del vino" porque fue una cepa prolífera en descendencia: es padre del Merlot (junto a la Magdeleine Noire des Charentes, madre también del Malbec), del Cabernet Sauvignon (en cruza con la Sauvignon Blanc) y del Carmenere (cuya madre es el Gros Cabernet).
Es una uva original del País Vasco francés y las zonas tradicionales en las que más se la cultiva son Burdeos y el Valle del Loira (Chiron), sitio donde se da en un estilo menos alcohólico y de carácter herbáceo por ser una zona fría. También hay bastante en Italia y California. 

El Cabernet Franc en Argentina

En Argentina viene creciendo aceleradamente, ya que en 1990 había solamente setenta y seis hectáreas y actualmente supera las mil. Aún así apenas representa el 0,4% de la superficie plantada en la Argentina y el 74% se encuentra en Mendoza, donde se plantó en zonas de alturas superiores a los 950 metros sobre el nivel del mar y de alta calidad como ser Luján de Cuyo y el Valle de Uco.
Es una cepa que funciona muy bien en blends y en nuestro país ha tenido un particular suceso cofermentado con Malbec. Por ello en 2017 se cosecharon más de 60.000 quintales de uva y el consumo interno aumento en 450%, mientras que las exportaciones lo hicieron más aun: 600%.

Pero además de su plasticidad para mejorar los blends, hay algo en el Cabernet Franc argentino cuando se lo elabora como varietal, que parece agradar a todos. Por un lado tiene aromas y sabores parecidos a los del Cabernet Sauvignon, debido a sus pirazinas. En la nariz se destacan notas a pimiento morrón, espárragos y arvejas. Pero al mismo tiempo en boca es suave, más cercano al Malbec. Vamos a profundizar un poco cómo se llega a esto.

La pirazina en el Cabernet Franc

La pirazina está muy relacionada al varietal, el que más tiene es el Carmenere, después el Cabernet Franc y el Cabernet Sauvignon y luego el Merlot. El Malbec en cambio casi no las tiene. Y resulta que el clima influye mucho en como se desarrollan esas pirazinas, particularmente en esta cepa de maduración temprana.

La luz destruye a las pirazinas a partir del envero y por eso en los años más fríos la pirazina no llega a degradarse, queda en la uva y se nota más en los vinos. De manera que en Mendoza, provincia en la que hay mucho sol, hay tendencia a tener vino con pirazinas menos notables, más suaves.

En Chinon (Francia) le cuesta madurar debido al frío y da vinos de baja graduación alcohólica 12°, herbáceos, con notables pirazinas. En Napa (California), por el contrario, son vinos gordos, de mucho cuerpo y más maduros. En Argentina, en cambio, da algo intermedio que lo hace más tomable. 

El rey mundial de la pirazina es Nueva Zelanda donde aparecen destacadas en las Sauvignon Blanc, debido a las nieblas marinas. Lo mismo sucede en Sonoma y en Chile donde dan aromas a eucaliptos y pimiento. 

En Argentina si el Cabernet Franc se cosecha temprano sale más parecido al Petit Verdot, y si tiene mucha pirazina es muy cansador. Por el contrario, si se cosecha tarde se presenta el problema de perder acidez y obtener aromas más cocidos. Ello deriva en que la ventana de cosecha es más pequeña y hay que estar atentos para obtener el punto justo. Otra manera de sostener pirazina sin tener que cosechar temprano es mantener la planta con hojas más tiempo para que cubra del sol a los racimos.

Pareciera que varias bodegas le van encontrando la mano a esta noble cepa, lo cual queda demostrado en la cantidad de etiquetas que ya se ofrecen en el mercado. A mi juicio las que ocupan el podio de los Cabernet Franc argentinos son:

Gran Enemigo Single Vineyard Cabernet Franc. $ 1520 

Su cosecha 2013 S.V. Gualtallary obtuvo 100 pts Parker Wine Advocate. También se ofrece de Agrelo, Chacayes y El Cepillo. Enólogo Alejandro Vigil.

Andeluna Pasionado Cabernet Franc $ 1620 

Finca de 80 hectáreas a más de 1300 metros, en Gualtallary, Tupungato. Enólogo: Manuel Gonzalez.

Pulenta Gran Cabernet Franc $ 1300.

Finca La Zulema, Agrelo. Viñedo plantado en 1992. Enólogo: Javier Lo Forte. 

Y si después de leer todo esto te dan ganas de buscar otras alternativas o algunas opciones más económicas que las del podio, te dejo este link al Blog del colega de Argentina Wine Bloggers, Francisco Rivero Segura, que organizó el año pasado el Desafío Federal donde se presentó una clínica a cargo de Luis Reginato (Director de viñedos de Catena Zapata) de la cual se tomaron muchos de los conceptos vertidos en esta nota y se degustaron y evaluaron a ciegas 68 etiquetas de esta cepa.

Fuentes:
Cabernet Franc: Discovering the Dark Horse of Argentine wine
Big Papa: Cabernet Franc Wine Guide

Infografía Cabernet Franc


1 comentario:

  1. Buena nota, ANGEL !!
    Coincido en el TOP3 que planteas.
    Quizás se podría agregar algunas de las perlitas de CF del NOA...
    Abrazo desde Córdoba.
    ROBERTO

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