
Y vale decir que, si bien no me
encuentro entre los que critican el maridaje, la charla surgida a partir de la
cata de estos vinos nacidos con el concepto de ayudar a “maridar bien” me ayudó
a entenderlo mejor.
Tanto Valeria como Mariana tienen
veinte años de experiencia en la comunicación y el servicio del vino. Mariana
tiene a cargo la cátedra de Apreciación Gastronómica en CAVE (Centro Argentino
de Vinos y Espirituosas) y Valeria es Sommelier en el Hotel Faena, uno de los 5
estrellas de Buenos Aires que más cuidado le presta al vino.
“El proyecto Bienconvino lo concebimos
hace tres años. La profesión nos dio la oportunidad de viajar a regiones del
vino del mundo y pudimos observar que el concepto de acuerdo entre vinos y
comidas se daba en forma natural, con clásicas combinaciones regionales como la
del queso Roquefort con los vinos dulces en el centro de Francia o la del queso
de cabra con el Sauvignon Blanc”.
Sin embargo, en nuestro país la
cosa parece no ser tan natural. Somos un conglomerado de razas y orígenes y
como resultado obtenemos una mezcla que tiene un poco de todo, que a veces sale
espléndida y a veces no tanto. A ese “no tanto” parece orientado Bienconvino.
“Acá la palabra maridaje se
desvirtuó, paso a ser snob o a generar rechazo”, continua Valeria. “La gente
dice: yo al vino lo tomo como quiero”. “No somos fundamentalistas del maridaje,
pero el vino combinado con otra cosa, se altera…”, refuerzan la idea.
En este punto me vino
inmediatamente a la memoria mi experiencia del fin de semana anterior. El sábado
a mediodía preparé unas brochetas de cerdo y vegetales a la parrilla y las
acompañé con Barda Pinot Noir, que supo a gloria. Esa noche, cenamos una
ensalada de palta, kani kama, palmitos, nueces y manzana verde y, como todavía
quedaba un tercio del Pinot Noir, llené dos copas con la expectativa de
disfrutarlo como se disfrutan esas cosas deliciosas que ya se están acabando.
Grande fue mi desilusión cuando sentí el vino picante, casi intomable. Y por
supuesto no era el vino, que había sido conservado al vacío y estaba perfecto.
El problema fue la reacción que alguno de los componentes de la ensalada
provocó sobre él en mis papilas. Hasta la Coca Cola que tomé después picaba…
Mariana cuenta que en las clases
hacen catas de vino con distintas comidas y demuestran como los resultados son
muy diferentes respecto la cata de los vinos solos.
Así decidieron llevar esa idea al
vino y de ahí al consumidor, no sin antes plantearse algunas dudas: ¿cómo hacer
para que el consumidor no se sienta subestimado?. La respuesta la dieron buscando
ser francas y directas en la comunicación y a través de un excelente producto.
En cuanto a lo primero, la
elección del nombre, más allá del juego de palabras al que hacemos referencia
al principio de la nota, es bien simple. Bienconvino: combinar bien el vino. El
diseño de las etiquetas refuerza la idea, con los dibujos y los nombre de los platos
representativos para los que se propone cada vino y en las contra-etiquetas sugiriendo
recetas acordes para aprovecharlos al máximo.
Para lo segundo, contactaron a
Marcelo Pelleriti y Henry Parent, enólogo y propietario de la bodega Monteviejo
respectivamente (si estás leyendo este blog seguramente sabes de que calidad estamos
hablando). A ellos les atrajo la idea de comunicar al consumidor algo
diferente, atendiendo sus necesidades ya desde la góndola, y apoyaron el
proyecto.
Hace cuatro meses realizaron el
lanzamiento oficial, y antes trabajaron en Mendoza en la planificación de los
cortes 2015. En total son 5.000 botellas de Bienconvino Línea Maridaje, con las
siguientes etiquetas:
Pescados y Mariscos. $ 150
Para este acuerdo eligieron un corte
de Chardonnay (60%) y Torrontés (40%), algo inusual, dado que es necesario ser
muy cuidadosos para evitar que el Torrontés se “coma” al Chardonnay. Lograron
hacerlo, resultando un vino que en nariz marca la presencia del Torrontés y en
boca se acerca a la presencia de un tinto con buena acidez.
Pollo y Cerdo. $ 215
En este caso es un Chardonnay
100%, de Vista Flores. Fresco, con notas de madera (barrica usada). Untuoso,
pensado para acompañar ese tipo de carnes.
Ensaladas y Picadas. $ 145
Es un blend 55% Malbec, 35%
Merlot y 15% Cabernet Sauvignon. Austero, salino y floral, se cosecha temprano buscando
que no sea inundado por la fruta roja o la frutilla madura. Es sutil en nariz,
con buena acidez y 12,5% de alcohol. Pocas horas de maceración.
Pasta y Pizza $ 199
100% Malbec. Viene en la botella
de Borgoña comúnmente usada para Pinot Noir, como un guiño al consumidor para
orientarlo hacia el estilo de rica acidez, cuerpo medio, sin madera.
Carnes Rojas. $ 243
Blend 35% Malbec y 35% Cabernet
Franc. Quizá el vino donde más se nota la mano de Marcelo Pelleriti (donde más
le hicimos caso, dicen ellas). 12 meses en barrica de 1°, 2° y 3° uso. Se buscó
integración y balance a través de la madera. Un buen vino de gama alta.
Para cerrar me quedo con un par
de frases: “Mucha gente gasta $1.000 el cubierto en el restaurante y no sabe
maridar el vino con la comida”. “Y el 99% de las veces no hay un sommelier para
ayudar”.
Esta propuesta viene no solo a
ayudar al consumidor sino que también es el eje tangible de una idea, que intenta
lograr el mejor complemento entre comida y vino, pero también entre vino y
comida. Podes mirarlo desde el lado que más te guste, ¡lo importante es que tan
bien lo combines!.
Fotos tomadas por El Ángel del Vino
Gran resumen Angel! Abrazo!
ResponderEliminarGracias! Vamos los Blogueros difundiendo el vino! Elvinoune
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