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jueves, 4 de abril de 2019

L.T.U. la amistad hecha vinos.

Presentamos Bodega L.T.U. 

Con ideas de ambos lados de la cordillera

Como muchos otros, los vinos L.T.U. surgen de la necesidad de un grupo de amigos de poner en común esa amistad a través de algo tangible, algo que los una y que a la vez pueda compartirse. Porque eso es el vino.

Una botella de vino va a estar ahí lista para descorcharse y dividir su tesoro en varias copas, cada una de las cuales será acariciada por unas manos, su néctar apreciado por unas papilas, las sensaciones que despierten serán comentadas por cada uno, compartiendo así las emociones de ese grupo de amigos.

Y a la vez, cuando no estén juntos, al momento de descorchar una botella de ese vino pensado y realizado en común, disfrutarlo y dejar volar la mente para acercarse a ellos en la distancia.

Todo eso y mucho más tiene un vino elaborado entre amigos. En este caso el L.T.U. nombre que agrupa las iniciales de sus apellidos: Larrain, Lasmartres, Toso y Undurraga.
Los amigos son seis, seis personas de una u otra manera ligadas al mundo del vino, que el destino fue juntando para hacer su primer vino al que llamaron Cayu; que significa "seis" en mapuche.

Algunos de ellos estuvieron presentes cuando probamos los L.T.U. en la coqueta vinoteca Grand Cru del barrio de Recoleta. Comencemos por Cristóbal Undurraga, chileno y primer enólogo de una familia que lleva cinco generaciones haciendo vino, por ello, seguramente muchos reconocerán su apellido. 
Cristobal Undurraga
A su lado estaba Ricardo Toso, otro apellido con la misma resonancia en el mundo vino, pero de este lado de la frontera andina. Es el dueño de una finca en La Consulta donde en 1998 plantó el viñedo "Don Fernando" -que provee las uvas de los L.T.U.- sobre un suelo calcáreo, con roca aluvional, en la parte baja del Río Tunuyán, en Valle de Uco.

Y ellos fueron el origen de esta historia, porque Cristóbal lo conoció a Ricardo en el año 2002, cuando trabajando para Bodega Kaikén (de capitales chilenos, a la cual había llegado de la mano de su propietario Aurelio Montes), buscaba comprar uva a viticultores de la zona. Cuenta que esas uvas de La Consulta eran las mejores que conseguía comprar. Por ello en 2007, ya decido a volver a Chile para encarar el proyecto de familiar de Bodega Koyle, le propone a Toso hacer un vino con uvas de ese viñedo.
¿Y cómo lo hacemos? le contestó Ricardo abriendo el camino a este proyecto que hoy da más que un solo vino.

Así fueron haciendo un equipo de técnicos: Alfonso Undurraga (hermano de Cristóbal) y Julio Lasmartres manejan lo relacionado con lo comercial y Mario Toso (hermano de Ricardo) la parte de la agricultura del viñedo. El sexto socio es Tomas Larrain. Y así largaron en 2007 con el primer Cayu. 

Al principio se ataban al concepto "un viñedo, una variedad, un vino". Así los Cayu y los L.T.U. son siempre varietales, siendo los últimos solo lanzados cuando la calidad de la uva lo amerita. En 2016 no se hizo porque fue un año climatológicamente muy difícil. 

Hoy pero piensan que el mercado ha ido evolucionando y que con un corte se puede destacar mucho más el potencial de cada terroir, con lo mejor de cada añada. De ahí viene la historia del vino con el que abriríamos la cata, el Tundra.

Tundra es el nombre de la sociedad, asociado a la idea: "clima extremo = proyecto extremo".

Tundra 2016

Es un blend 60% Malbec, 30% Cabernet Franc y 10% Merlot. En nariz presenta guinda fresca, los herbales del Cabernet Franc y la fruta roja del Merlot. Es jugoso, tenso, fresco, muy al estilo Burdeos.

Luego pasamos a los L.T.U.

LTU 2014 

Todavía sin su etiqueta definitiva probamos la novedad, la última cosecha en salir al mercado. Se elabora con uvas del viñedo Rebón (20 hectáreas) del cual Paul Hobbs compra para hacer el Bramare. "Esta uva la vinifiqué entre 2002 a 2007 y buscaba el mejor lugar del viñedo. En 2007 dije: estas dos hectáreas son las mejores, un plateau de zona alta que por homogeneidad y madurez, elegí. Hacemos de seis a diez mil botellas según la cosecha". 

De entrada ataca con un leve amargor que demuestra que le falta tiempo en botella. En nariz especies, violetas y en boca suavidad de taninos. 

Cristóbal expresa: "lo que más me sorprende es la fineza del tanino, fresco, con tensión en boca, que se da por el suelo, su drenaje de piedras aluviales que permite a las raíces ir en profundidad".

LTU 2013

El más equilibrado, tiene una excelente nariz. Fue el año del cambio en el LTU, fue el primer año que no ralearon, porque opinan que los grandes viñedos se autorregulan. En boca es muy frutado.

LTU 2012

Se destaca su calidez, una madurez perfecta que dio fruta negra, cáscara de mandarina o de naranja y está para tomar ya mismo. Es el más amable en boca.

LTU 2011

Muy buena acidez. Está como si fuera nuevo. Tiene un potencial de guarda tremendo, se encuentra en evolución todavía. No llegó a despedir los aromas terciarios, sólo primarios a fruta y los secundarios de la barrica, pero nada de cuero humedad etc. que suelen ser aromas terciarios.

Cristóbal Undurraga enfatiza la importancia de reducir o eliminar la influencia de los químicos en el viñedo: "La fertilización química (nitrógeno, fósforo y potasio) mata la expresión del terroir. En estos proyectos, que son de terroir, tenemos que buscar el balance total. Se logra sacando los fertilizantes, lo que hace caer la producción y se logra equilibrar solo: la madurez se tarda más, se demora el envero, empieza a madurar, sube el azúcar y baja naturalmente la acidez".
"Cuando el viñedo está en equilibrio, la madurez llega antes". Cristóbal Undurraga
Para cerrar nos cuentan que hay un proyecto de hacer un vino L.T.U. en Chile, con filosofía de la Borgoña, un vino de lugar: "Ese lugar en Mendoza es el viñedo Rebon y en Chile encontramos un viñedo en Sierras de Bellavista, la parte más alta de Colchagua, son 2 hectáreas de un inglés que tiene un Loft. Hay Cabernet Sauvignon, es una viña joven. Lo hicimos en 2017 y salió verde, piracínico. En 2018 raleamos y pusimos menos fertilizantes y lo vinificamos pero no convenció aún, por quedar demasiado herbáceo. Así que habrá que esperar. El problema es que todavía hay influencia del nitrógeno con que anteriormente se fertilizó el suelo. Es un viñedo de cinco años, ubicado 1100 m de altura sobre roca pura".

Que mejor que concluir la nota con las propias palabras de Undurraga sobre los vinos que hacen en L.T.U.: "buscamos vinos frescos, con exceso de tomabilidad”.



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