Catamos las cosechas 2012 a 2016 del vino ícono
Doña Paula Selección de Bodega
Doña Paula es una bodega productora de vinos de alta gama, establecida en 1997 en Mendoza, Argentina. El 100% de las uvas utilizadas para elaborar sus vinos provienen de viñedos propios.
Con un almuerzo restaurante Orilla de Buenos Aires, la bodega presentó a fines del año pasado en el mercado argentino la cosecha 2015 de su vino ícono: Selección de Bodega, con el plus de la presencia de Marcos Fernández, su enólogo desde 2014 (derecha en la foto) y de Martín Kaiser, su agrónomo, que hace doce años trabaja para la bodega.
Con ellos tuvimos la oportunidad de conocer el trabajo de aprendizaje constante sobre los suelos que se está haciendo en Doña Paula y que obviamente impacta favorablemente en la calidad de sus productos. Cuenta Martín que llevan hechas y probadas más de 100 micro-vinificaciones, que los siguen alimentando en su búsqueda por comprender mejor el terroir y hacer foco en el mismo.
Antes de la cata vertical de los Malbec -cosechas 2012 a 2016- hicimos boca con un riquísimo Sauvignon Blanc.
Doña Paula Sauvignon Blanc 2018.
Desde 2017 se produce con uvas de Finca los Cerezos (Tupungato, 53 ha, 1.000 msnm) de suelos profundos franco arenosos (gráfico de la izquierda, abajo) sumadas a uvas de Gualtallary, del viñedo Finca Alluvia (Gualtallary, 135 ha, 1.350 msnm), el cual está más alto pero como tiene muchas piedras (grafico de la derecha, abajo) las mismas mantienen la temperatura y se la entregan a las raíces a la noche. Eso le da aromas a maracuyá o frutas tropicales. En cambio las notas a menta, lima y ruda provienen de las uvas de los Cerezos. Combinan frescura y verde con lo tropical. Tiene un año de guarda en botella antes de etiquetar y lanzar al mercado.
Vertical Doña Paula Selección de Bodega
El Doña Paula Selección de Bodega es puramente Malbec, desde sus inicios ha venido evolucionando en cuanto a los viñedos de los cuales provienen sus uvas, pero ya desde 2015 se elabora exclusivamente con uvas Malbec de Finca Alluvia, en Gualtallary, que aportan color intenso, taninos firmes, aromas a frutos negros y buena acidez.
Lo que sí se ha mantenido siempre, es el estilo de añejamiento, con una guarda en barricas de roble francés 50% nuevas durante 16 meses. Se elaboran 30.000 botellas al año.
Nos contaron que se cosecha por lunares, no por cuarteles, para poder descubrir lo más interesante. Y que con el tiempo cambió mucho su concepto de cómo lograr calidad. Antes hacían deshoje, sangría y mucho paso por barrica. Mientras que hoy buscan más el sector del viñedo, sin ralear, ni realizar sangrados en la bodega.
Dicen: “la planta reacciona al estrés hídrico y otorga mayor fuerza a la uva, por síntesis de taninos y antocianos. Para ello ayuda la presencia de suelo calcáreo, que genera deficiencia crónica de zinc y estrés nutricional”.
“Interpretar mucho el campo es la clave. Hay dos o tres cuarteles del viñedo Alluvia con calcáreo y en el mismo cuartel podemos tener distintos tipos de suelo. De distintos cuarteles cosechamos lunares de maduración más temprana, que en Gualtallary en el año 2018 se dio el 8 de marzo. Antes era impensado cosechar en Valle de Uco a principios de marzo. En el mismo cuartel otras zonas necesitaron estar hasta el 8 de abril”, explican las diferencias y el trabajo de detalle.
"Podemos decir que este vino en un 90% responde la característica del viñedo y en un 10% de la enología" - Martín Kaiser.
2012: cosecha cálida y seca, es el que más barrica tiene, se nota la vainilla y la guarda. Es el de estilo más maduro y tiene alto nivel de alcohol (15°2), por el año y la fecha tardía de cosecha. En nariz destacan los aromas a mora, violeta, jalea o mermelada. Tiene un especiado o mentolado típico de Luján de Cuyo.
2013: se siente en boca más la ciruela, ya cuenta con agregado de uvas de Gualtallary.
2014: en este caso ya alcanza un porcentaje del 85% de Valle de Uco y se le agregó un 5% de la cosecha 2015 como refresco. Muestra taninos sedosos y elegantes. Es filoso y largo. Muy sabroso.
2015: con una nariz más tenue, pero en boca perfecto. 100% de Gualtallary.
2016: fresco y frutado pero suave, sin estridencias. Tiene algo de astringencia, está preparado para evolucionar. Es fresco, especiado, floral. Más austero en nariz, pero con una gran boca. No fue afectado por la lluvia de ese año debido al suelo pedregoso que la drenó muy bien. Un vino de alta categoría.
Si bien la bodega comenzó con un fuerte foco en las exportaciones, actualmente el 22% de las ventas se hace en el mercado interno, mientras que hace dos años era tan sólo el 10%, lo que representa un crecimiento a tasa del 15% anual en Argentina.
Luego de la cata quedó muy en claro cómo los pasos que Marcos Fernández y Martín Káiser están dando hacía mejorar la calidad y explicaron en la misma, se ven claramente reflejados en estos Doña Paula Selección de Bodega. Mis preferencias quedaron ordenadas, de menor a mayor en el mismo orden que el año de cosecha. O sea, cada año sumaba un puntito más, y en la cosecha 2016 alcanza un grado de equilibrio notable, augurándole además un gran potencial de guarda. El crítico Tim Atkim le otorgó 95 puntos a esta cosecha 2016 y no puedo más que estar de acuerdo con este excelente puntaje.
En fin, Doña Paula es una bodega que viene realizando un fuerte trabajo en el estudio de sus suelos y tengo previsto visitarlos pronto en Mendoza para poder verlo con mis propios ojos, porque los vinos... ya los probamos!
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