Sueños de revolución
Recuperación de viñedos históricos en Luján de Cuyo
Mariana Rodríguez Rolfi y Pablo Caparrós se conocieron como compañeros de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Cuyo. Ella de familia no relacionada con el agro, Pablo sí, pero en ese momento no hacía nada en relación con eso.
Se fueron vinculando con la producción orgánica y en 2011 comenzaron con una huerta, con la que les fue bien y vendían mucho, muy anticipados a la mayor difusión del movimiento orgánico que vino después.
"El mundo orgánico no te lo enseñan en la facultad"
Pablo había trabajado cinco años en Catena Zapata y dos en Montenchez y en 2019 lo contactan para recuperar un viñedito de dos hectáreas en el límite entre Chacras y Vistalba, que antes había sido trabajado por Viña Cobos y ahora estaba abandonado debido al fallecimiento de su propietario.
Escondidas, en el medio de las crecidas malezas, estaban las vides. Tapadas, pero vivas y dando uva. Se animaron y aceptaron el desafío de trabajarlo a costa de frenar un poco la huerta y es el momento cuando comienzan a volcar sus esfuerzos de lleno hacia la viticultura.
Luego, el nieto de la propietaria les da para trabajar sin condiciones una finca que antes laboraba su abuelo, como contratista, de Perdriel. Así nace “Sueños de revolución” con el objetivo de salvar viñedos que estaban desapareciendo por el avance de barrios privados.
Hoy en Chacras de Coria quedan solo diez viñedos, entre los cuales está el de Bodega Adalgisa, en la que también trabaja Pablo. Sucede lo mismo en otras zonas como Vistalba, Drummond y Carrodilla, todos distritos que son patrimonio histórico de Luján de Cuyo.
"Viticultura ancestral en terroir en vías de extinción"
Sueños de revolución es un proyecto de triple impacto: buscan producir uva y elaborar vinos, realizando agricultura regenerativa y a la vez ganar plata haciendo que esos vinos estén a la altura de lo que se espera en la actualidad. "Estamos haciendo vinos más jóvenes, no tan cargados como los de Luján clásico", expresan.
"Ahora todas las bodegas dicen hacer regenerativo. Nosotros, con la huerta, fuimos ganando experiencia y pasamos de la idea de cómo luchar contra las malezas de forma orgánica, a hacer una agricultura orgánica extrema, que intenta con trabajo manual (por eso es difícil hacerlo a gran escala) mantener en el viñedo".
Explican que los restos de plantas que se limpian de abajo de las vides se dejan en el suelo o se colocan en pozos que llenan de yuyos secos, para que vuelvan a aportar nutrientes al mismo. En la época de heladas tratan de mantener las malezas bajas ya que esto ayuda a que la vid se afecte menos, pero a través de resultados empíricos han vislumbrado que depende también de cuán bien nutrida esté la planta, ya que de acuerdo con ello varía el punto de congelamiento interno. El viñedo lo trabajan ellos dos más un colaborador (Sergio), que los ayuda a los sábados. Pablo trabaja además para otras bodegas o fincas y Mariana en una empresa de ensayos.
Esa primera vez cosecharon los 400 kg en familia y en abril de ese año los contacta el enólogo Tomás Stharinger y les propone llevar la uva a la bodega Herencia (de la familia Polo) para elaborar el vino. Consiguieron una barrica de Bodega Budeguer y lo embotellaron, con la única experiencia de Pablo de haber hecho vinos en el Catena Wine Institute.
En 2020 vuelven a intentarlo, registran el nombre Sueño de Revolución (que es una canción de la banda de rock El Bordo) y, aún con la pandemia, consiguieron los permisos para ellos dos y lograron cosechar 500 kg que pudieron elaborar en Bodega Dolium. Hicieron la etiqueta con Gisela, la misma diseñadora de El Bordo.
Las puertas se fueron abriendo y, cuando aparecen en el programa de televisión Pasión por el vino de Oscar Pinco, a fines de 2020, empiezan a ser llamados por varios productores chiquitos que les piden ayuda. En 2021 y 2022 alquilan un viñedo en Vistalba.
A la par, en 2021 la Bodega orgánica Caligiore les ofrece hacer allí los vinos, permitiéndoles a ellos trabajar y tomar cada decisión (no solamente que les hagan el vino), pudiendo decidir los puntos de cosecha y la entrada de la uva a la bodega.
En 2021 obtuvieron 800 kg, al haber aumentado las filas que recuperaron, con los que salieron dos barricas, a las que se sumaron las de Vistalba (una finca ubicada al lado de las de Kaikén y Los Nobles de Luigi Bosca) de la que sacaron otras tres barricas.
En 2022 se suma un productor de Carrodilla, que estaba rodeado por barrios privados, e hicieron tres barricas que ya se vendieron, más una de Perdriel sobre la ladera del río Mendoza, al lado de Achaval Ferrer, de donde sale otra barrica más.
"No mezclan los viñedos, cada distrito se elabora por separado".
En 2022 arman la Asociación civil viñateros centenarios de primera zona, que tratan de elaborar vinos bajo una misma etiqueta, parecido a lo que hace la Asociación Vigno en Chile. Ya son parte de un cambio rural al que se sumaron pequeños productores de Vistalba, Las Compuertas, Drummond, Chacras, Lunlunta y Carrodilla (incluyendo una viña documentada como la más vieja de Luján de Cuyo, que se sospecha tiene plantas que fueron traídas por el francés Michel Pouget a mediados del siglo XIX).
En 2023 pasaron a trabajar en Furlotti que es de los mismos dueños que Aldagisa y está asesorada por Giuseppe Franceschini. Mariana hizo la cosecha elaborando sin sulfitos (sí los pusieron al embotellar) y tienen ahí casi 20 barricas de las cosechas 2022 y 2023.
"Tratamos de que los vinos de las distintas añadas sean elaborados de la misma manera, para que den lo propio, con leves diferencias. Por ejemplo: cantidad de escobajo donde hay poca o no hay piedras. Buscamos frescura, elegancia y complejidad, usando barricas de muchos usos, pero durante 18 meses".
En 2021 y 2022 participaron de un estudio del Conicet para conocer el terroir microbiológico de Mendoza, que midió el ADN del suelo en 165 sitios plantados con uva francesa y esta finca de Chacras de Coria fue la segunda con mayor cantidad de materia orgánica de todas, con 2,8%, cinco veces más que el promedio de Mendoza que está en 0,5%. Y en biodiversidad de microorganismos también estuvieron en el podio: salieron segundos, después del viñedo La Violeta de Monteviejo donde han trabajado mucho para lograr eso.
"La calicata muestra una capa de felicidad y se llena de lombrices".
Es un viñedo de 1905 pero recuperado por Viña Cobos con plantas nuevas. Acá es mayoría Malbec y algunas plantas que no se sabe qué son. Colocan caldos minerales (bordelés) que aportan cobre, azufre, viscosa, boro, magnesio y zinc (siete elementos distintos) y guanos; alcanzando un rendimiento de.6.000 kg por hectárea en el quinto año de trabajo.
La tela sobre las viñas es debido a que las cotorras (o catas como las llaman en Mendoza) les comen la uva, y al no haber otros viñedos alrededor el impacto es mayor.
Los vinos Sueños de Revolución
En el mismo viñedo degustamos dos de los vinos: Sueños de Revolución La Aldea 2021, elaborado con uvas de Chacras de Coria y Sueños de Revolución El Albor 2021, un Malbec de Vistalba, rico, franco y expresivo. Pablo nos explicó que hacían todo el proceso en barricas porque era el único recipiente apropiado -por tamaño- para la poca cantidad de uva, pero que su sueño es hacerlos a futuro sin el aporte de la madera.
La etiqueta incluye una mariquita o vaquita de San Antonio, que es un símbolo de la agricultura ecológica, volando alegremente por sobre un viñedo.
Pero no son los únicos, dentro de poco se viene un Cabernet Franc de Carrizal, Luján de Cuyo, donde le pagan con uva por su trabajo agronómico; son dos barricas cosecha 2022. Además, Pablo también es el agrónomo de Finca del Nunca Jamás, de la familia Hinojosa, viñedos orgánicos de 20 años en una parcela que manejan ellos de Colonia las Rosas, en Tunuyán. Allí, en parte de pago, les cedieron las uvas de unas hileras con las que hacen el vino llamado “Gritando al viento” con el que buscan definir la impronta de una zona con muy poca historia vitivinícola.
"Vale la pena rescatar los viñedos porque se pueden obtener buenos vinos, hay que confiar en el terroir", esos son los Sueños de Revolución en Luján de Cuyo.
Me encantaria probarlos! Gracias por la nota!
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