
Riccitelli Wines
Pasión, diversidad y una visión que no se detiene
Nuestra visita a Riccitelli Wines, en Las Compuertas, fue guiada por Verónica Riccitelli, hermana del enólogo Matías y pieza clave en la historia familiar. Con ella recorrimos no solo los espacios de la bodega sino, sobre todo, la forma en que Matías ha construido un universo enológico diverso, innovador y profundamente personal.
Los comienzos
La bodega nació en 2009, con una producción inicial de apenas 15.000 botellas anuales. En ese entonces, el corazón de la vinificación estaba en la pequeña bodega de Las Compuertas, equipada mayormente con piletas, huevos y tulipas de cemento.
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Hoy, Riccitelli Wines elabora alrededor de 500.000 botellas al año, ampliando su alcance con blancos, microvinificaciones de parcelas en diversos recipientes de roble y ánforas.
A medida que el proyecto creció, fue necesario sumar un segundo espacio: una antigua bodega trasladista de la familia Romero en la calle Sáenz Peña, con 14 hectáreas alrededor de Malbec y algo de Cabernet Sauvignon.
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Tras una profunda reforma que reemplazó casi todas las piletas por huevos y tulipas, allí se vinifica buena parte de la producción desde hace cuatro años. Aunque aún falta completar la parte decorativa y gastronómica, el espacio (que no visitamos) se inaugurará oficialmente el próximo año.
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Una colección infinita de proyectos
Con el paso de los años, Riccitelli llegó a tener 48 etiquetas distintas, una muestra de inquietud y creatividad que ahora buscan ordenar en proyectos claros:
1. Riccitelli Wine Company. Incluye etiquetas emblemáticas como Hey Malbec (el vino de mayor volumen), The Apple, The Party, This is not another lovely Malbec, Tinto y Blanco de la Casa, República del Malbec y Riccitelli & Father.
2. Viejos viñedos. Viñas centenarias, plantadas a pie franco y sin injertar. En Las Compuertas, apenas a 500 metros de la bodega original, trabajan con contratos a largo plazo un total de 20 hectáreas de viñedos plantados entre 1905 y 1930 a pie franco, que ofrecen rendimientos que van de 4.500 a 6.000 kg por hectárea, la gran mayoría de Malbec y un cuarto de hectárea de Sangiovese (las únicas en la zona). De El Peral (Valle de Uco) hacen un Semillón.
3. Gualtallary. Un proyecto en suelos calcáreos con 40 hectáreas plantadas en gobelet sobre terrazas de cerro, entre los 1.350 y 1.400 msnm. Allí crecen Semillón, Trosseau, Garnacha, Roussanne, Cabernet Franc y Malbec. Por ahora solo la Garnacha está en producción, pero pronto llegarán las demás. Además, ya se construye en el lugar una nueva bodega diseñada en tres pisos para trabajar por gravedad, con forma de infinito, que esperan tener lista en 2028.
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4. Viñas extremas. Parcelas en zonas frías y de altura:
La Carrera (1700 msnm): en la Estancia El Bombal, Matías encontró semi abandonados Sauvignon Blanc y Chardonnay plantados hace 30 años en un microclima extremo. En 2018 se empezó a ocupar y lanzó la primera cosecha, pero después, tres vendimias consecutivas se perdieron por heladas. A partir de 2024 se implementó un sistema de defensa por aspersión. De allí nace un Sauvignon Blanc de altísima acidez (8,2), considerado de los más singulares de Argentina.
San Pablo (1450-1500 msnm): con 10 hectáreas de suelo arenoso y subsuelo calcáreo. El Malbec que surge allí es floral, herbal, con racimo entero y un perfil que rompe los moldes.
Los Chacayes (1500 msnm): una finca considerada la más extrema de la IG, de donde nace un Malbec de gran carácter.
5. Patagonia. Una tierra que enamoró a Matías desde sus años en Fabre Montmayou. Cuenta la historia que, en los 70 en Río Negro, Chandon iba a establecerse con 500 hectáreas, pero finalmente plantaron solamente 40 ha de viñedos en la zona del Valle Medio, (cerca de Choele Choel). Pero finalmente se decidieron por Mendoza y le vendieron todo a Humberto Canale. Matías compró 20 de esas hectáreas en la isla grande y allí cultiva Malbec, Cabernet Franc, Pinot Noir, Bastardo ( (el nombre común que se le da en la zona al Trosseau), Semillón, Torrontés, Ugni Blanc, Pedro Giménez y Chenin Blanc, restaurando las plantas antes injertadas a sus cepas originales. También trabajan viñedos en Allen, Ingeniero Huergo y Beltrán. Patagonia ya representa una parte importante del portafolio, y sus vinos alcanzan las 60.000 botellas exportadas.
La bodega destaca, además, una línea denominada V.I.N.O. que se basa en realizar viticultura independiente natural y orgánica. En ella hay etiquetas de varias regiones como los vinos Invader (Semillón y Chenin de Patagonia, Garnacha de Gualta), los Kung Fu (Malbec, Criolla, Pet Nat y Sauvignon Blanc de Gualtallary y Los Chacayes), This is Not Another Lovely Wine (Malbec y Torrontés) de Luján de Cuyo y un Clarete elaborado rescatando técnicas ancestrales y usando variedades autóctonas de la finca de Tupungato, mezcla de criollas blancas y tintas fermentadas con racimo entero en ánforas y criado con sus pieles durante 8 meses.
Una cata que habla del lugar
Durante la visita probamos vinos que expresan la diversidad del proyecto:
Riccitelli Sangiovese 2023 de Las Compuertas, viñas de 1930, con un pequeño porcentaje de racimo entero y crianza en foudres: un tinto fresco y de carácter singular.
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Riccitelli Malbec 2023, mitad Las Compuertas y mitad Vistalba, con viñedos de 90 a 120 años, manejo agroecológico, cosecha manual y fermentación con levaduras nativas.
Riccitelli Semillón 2023 de El Peral, en Valle de Uco, de viejos viñedos, plantados en las primeras décadas del siglo XX, en pie franco sobre suelo arcilloso y subsuelo de canto rodado.
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Riccitelli Malbec 2023 de Gualtallary, a 1.400 msnm sobre suelos calcáreos con presencia de gravas y arenas finas. Vinificación muy suave hundiendo el sombrero y de extracción lenta, con crianza en barricas de roble francés de diferentes usos.
Riccitelli Garnacha 2024 de Gualtallary, vinificada en huevos de concreto, cuya primera partida se agotó en un mes.
Riccitelli Cabernet Franc 2023 de Gualtallary, de gran precisión. Del mismo terruño, se viene un Torrontés criado bajo velo biológico que pronto verá la luz.
Riccitelli Sauvignon Blanc 2024, de La Carrera, elaborado en fudres, un blanco con filo y acidez electrizante, uno de mis Sauvignon Blanc argentinos preferidos.
Riccitelli Malbec 2022 parcelas elegidas de San Pablo, donde hay 10 hectáreas. El suelo es arenoso con subsuelo calcáreo, un lugar muy frío, donde se terminan las cosechas del año, con rendimientos de 5000 kg por hectárea. De allí, elaborado en fudre, sale este Malbec de frío, floral y herbal, que difícilmente puede identificarse a ciegas como tal y que habla mucho del lugar. 30% de racimo entero. Es la primera cosecha de San Pablo y dará que hablar.
Riccitelli Semillón 2023, de dos hectáreas de viña vieja en Allen, que reafirma el potencial patagónico. Un vino que se inició en 2015, junto con el Merlot, y era una viña muy abandonada. Se trajo la uva a Mendoza y el vino ganó el regional Trophy como mejor vino de la Patagonia. Ese fue el inicio, hoy está muy bien instalado este Semillon y desde 2023 cuenta con 20% de crianza biológica y el resto en fudre.
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Riccitelli Rosado de Pinot Noir 2024, primera elaboración con uvas de Beltrán (en el valle medio) de perfil sofisticado y de alta gama. Fermenta y hace crianza en fudre.
Riccitelli Pinot Noir 2024, de antiguos viñedos de Beltrán, plantados a fines de los años 60, surge este Pinot delicado y expresivo, vinificado con un 25% de racimo entero y fermentado y criado en barricas de roble francés.
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Riccitelli Bastardo 2024. Bastardo es sinónimo de Trousseau, variedad que proviene del Jura. Antiguos viñedos plantados a fines de los años 60, en pie franco sobre suelos franco-limosos provenientes de Allen, Río Negro. Fermentado en pequeñas cubas de roble.
Gastronomía de nivel Michelin
Si bien no tuvimos el tiempo necesario como para quedarnos a almorzar, recorrimos brevemente el restaurante de Riccitelli, que ha sido reconocido con una estrella roja 2025 y una verde 2024-2025 de la Guía Michelin. El chef Juan Ventureira, formado bajo la tutela de Lucas Bustos, propone menús por pasos con productos de estación y filosofía kilómetro cero.
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Verónica nos contó que lLa huerta propia, con hasta 300 variedades de vegetales (93 tipos de tomates incluidos), provee los ingredientes de platos que incluyen carnes poco tradicionales como cachete de vaca (que es la carrillera) con cocción larga o el asado ruso (una parte de la paleta), así como producción local de pato.
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El Menú Mendoza se centra en productos locales, mientras que el Menú Argentina incorpora ingredientes de otras regiones, como trufa de Espastillar o calamar del Atlántico. Con apenas 45 cubiertos, el restaurante combina naturaleza y alta gastronomía en un ambiente íntimo.
- reservas@matiasriccitelli.com - WhatsApp: +54 9 261 316 7775
El motor detrás del proyecto
Verónica lo resume con admiración: “Matías trabaja 14 a 16 horas diarias, caminando viñedos, probando, pensando… Es increíble cómo puede cranear una vendimia con 48 vinos y 300 recipientes distintos”.
Formado en Fabre Montmayou, donde vinificó en Argentina y Francia, Matías pudo haber dirigido grandes bodegas, pero eligió el camino más difícil: crear un proyecto propio donde dar rienda suelta a toda su imaginación.
Su padre, el histórico enólogo Jorge Riccitelli, nunca fue su mentor directo, pero sí su “libro de consulta”. Recién en 2012, con la nominación de Jorge como mejor enólogo argentino por Wine Enthusiast, surgió la idea de elaborar juntos el Riccitelli & Father, un vino que unió generaciones y estilos.
Hoy, con la colaboración de la enóloga Cecilia Butacabula, Matías lidera una de las bodegas más diversas de la Argentina, con proyectos en múltiples regiones, vinos de enorme precisión, una gastronomía de primer nivel y un futuro que promete aún más.
Notas del "El Ángel del Vino" sobre destino Las Compuertas, Mendoza:
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