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viernes, 10 de octubre de 2025

Vinos de Córdoba

Vinos de Córdoba

Avance imparable del vino cordobés

Con propuestas vinculadas al enoturismo, el vino despiera nuevamente en la provincia que probablemente haya sido la primera del país en industrializarlo. 

Esta suposición se fundamenta en el primer registro escrito encontrado en el inventario de viñedos de Chacras de la Merced en 1599, realizado por los monjes Mercedarios. Fueron los Jesuitas, entre 1614 y 1618, quienes realizaron los primeros registros de producción de vinos en lo que hoy es la estancia jesuítica de Jesús María. No obstante, en 1767, la expulsión de los jesuitas de América por el rey de España, Carlos III, provocó el abandono de la industria del vino en Córdoba.

Recién en 1878 se retoma la producción, cuando el presidente Nicolás Avellaneda trae un contingente de italianos del Friuli que se establecieron en Colonia Caroya. Para 1895, se registraron 1.440.000 plantas y 3.600 cascos de vino.

En Traslasierra se plantaron viñedos en Estancias El Carrizal y Finca El Rodeo, donde llegaron a existir 200 hectáreas, que fueron abandonadas en el siglo XX. En 1930, se fundó la bodega La Caroyense como una cooperativa, convirtiéndose en la más importante de Córdoba.

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Cuando se desalentó por ley la producción de vinos fuera del Cuyo, junto a otros factores, se provocó el abandono de muchos cultivos y un declive en la producción en Córdoba. Sin embargo, en la década de 1990 se produjo un renacimiento e incipiente expansión en el noroeste (Quilino, Ischilín, San Pedro Norte, Cruz del Eje), en Traslasierra, y también en zonas nuevas como Calamuchita y valle de Paravachasca (Alta Gracia).

Actualmente, existen 245 hectáreas plantadas con 108 viñedos, 14 bodegas y 35 pequeños elaboradores. Los viñedos se encuentran a altitudes que van desde 350 hasta 1.200 metros sobre el nivel del mar. 

Son vinos serranos, ya que todos los viñedos están sobre las sierras, ubicados en regiones turísticas que se alinean con las tendencias actuales de la vitivinicultura, siendo Colonia Caroya la zona culturalmente rica en historia y con conocimiento del trabajo de la viña, donde el componente terroir es muy importante. 

Córdoba tiene una diversidad impresionante de suelos, con mucha variabilidad, lo que, sumado a un clima también fluctuante, hace que cada lugar sea bastante específico con añadas y uvas muy distintas año a año.

Las cepas más plantadas son Malbec (24,6 %), Pinot Noir (11 %) y una particularidad de la provincia, la uva Isabella o uva Chinche (11 %), que fue especialmente aprobada por el INV para vinos, debido a la tradición local con esta variedad. Le siguen el Cabernet Sauvignon, Merlot, Sauvignon Blanc y Cabernet Franc.

Enoturismo: bajo la música del cuarteto el vino le pisa los talones al fernet.

La provincia de Córdoba es uno de los polos turísticos por excelencia de Argentina, pero recién en la última década se viene desarrollando una actividad vitivinícola que, acorde con su tradición, va de la mano del turismo. 

Por ello, la mayor parte de las pequeñas bodegas que se han ido asentando se enfocan especialmente en la atención al turista, ofreciendo degustaciones, eventualmente algún tipo de gastronomía y la venta directa de sus vinos, en la tradicional zona de Colonia Caroya (Terra Camiare y La Caroyense), en Calamuchita (Furfaro, Sineres, Vista Grande) o en Traslasierra (Noble de San Javier, Aráoz de Lamadrid y La Matilde).


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