Huichaira Vineyards
Terrazas, microvinificaciones y un cielo cada vez más arriba
En el corazón de la Quebrada de Humahuaca, Huichaira encara un 2025 que promete quedar en la memoria. Este año, por primera vez, se trabaja íntegramente en su propia bodega, lo que ha permitido afinar el detalle: más microvinificaciones, más lectura del terroir, más personalidad.
En esta nota del año 2020 les contamos cómo se inició el proyecto, de la mano de Alejandro (el colo) Sejanovich y la enóloga local Diana Bellincioni, que aquí deciden mirar el territorio con paciencia, microvinificación y una obsesión saludable por el detalle.
El lugar
Tilcara es el centro emocional del proyecto. Allí, su propietario Alejandro Nieva tiene un hotel con un pequeño viñedo sobre la ladera de la montaña que supimos disfrutar en nuestro viaje de 2022. Pero la finca de Huichaira está del otro lado de la ruta, a unos 10 minutos en auto, aunque en el mismo clima seco, de enorme amplitud térmica y vientos que mantienen a raya las enfermedades.
Bodega propia, microvinificaciones
Visitar nuevamente este viñedo despues de tres años me permitió ver los cambios: la antigua casa de la finca ha sido cuidadosamente recuperada, incluyendo un pequeño salón para las degustaciones y, un poco más arriba, están en construcción -a puro esfuerzo humano- las terrazas que albergaran las nuevas plantaciones de Semillón y Pinot Noir y le darán un marco idílico al lugar.
Un kilómetro más arriba todavía, una nueva finca con Malbec se suma al proyecto: es el lugar donde se levantó la bodega, que está en sus últimos pasos de construcción. Las llaman a una, Finca de la Casa y a la otra Finca del Oratorio.
En Huichaira el paisaje no acompaña al vino: lo esculpe.

Este año el equipo pudo empezar a trabajar en la bodega propia, lo que habilitó una batería más amplia de microvinificaciones. El objetivo es comprender fino cómo se expresan los distintos parajes/regiones de la Quebrada, porque no hay una Quebrada, hay varias. Lotes chicos, fermentaciones separadas, maderas usadas y una mirada de mínima intervención para escuchar, no para forzar.
A los pies del viñedo probamos el Huichaira Cielo Arriba 2021 que no deja de sorprender, siempre uno de los vinos destacados de la Quebrada, con una identidad precisa: tensión, nervio y aromas nítidos.
La Quebrada pide precisión, no volumen.
En nuestra escapada a la bodega la enóloga Diana Bellincioni nos dió a probar directamente de las piletas una muestra del corte Malbec 60% y Cabernet Franc 40% 2025, aún sin maloláctica en pleno julio debido al frío, que revela notas vegetales y una marcada acidez. Cada sector de la quebrada se comporta distinto, y aquí la diversidad se percibe copa en mano.
Diana nos contó que la vendimia 2025 ha sido una de las mejores de Jujuy, tanto en calidad como en cantidad. Entre las elaboraciones, sorprende una muestra cofermentada de Malbec (95% con escobajo) junto a un corte de Cabernet Franc y Syrah, vinificados en piletas de hormigón armado.
En el horizonte, ya se sueña con un nuevo vino pensado para expresar la altura extrema en cada sorbo.
Huichaira no solo sube en calidad: también, literalmente, sube cada año un poco más hacia el cielo.
Notas de El Ángel del Vino sobre los vinos de Jujuy:
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