Lamadrid Estate Wines
Historia, pasión y vino en Las Compuertas
La historia de Lamadrid Estate Wines está profundamente marcada por la vida de su fundador, Guillermo García Lamadrid. Su camino comenzó con un hecho tan doloroso como decisivo: en 1961, siendo apenas un niño, su madre -Matilde Lamadrid- lo envió solo a Estados Unidos desde Cuba para protegerlo durante la revolución.
Ese destierro, que lo mantuvo alejado de su familia por casi dos años, fue tan significativo que hoy está representado en una emotiva escultura del artista Alejandro Salazar Correa, donde se lo ve como aquel niño que abre la puerta hacia un nuevo destino.
La historia completa de Guillermo la conté en otra nota, en ocasión del festejo de los 20 años de Lamadrid Estate Wines. En lo que respecta a la bodega, el relato se retoma en 2002. Para entonces, ya convertido en un exitoso empresario, vende su empresa de comercio de carnes al emporio Tyson Foods y, en 2003, se retira definitivamente.
Con tiempo libre y espíritu aventurero, organiza un viaje con amigos (eran 11 en total) para conocer Argentina y Chile. Llegaron a Mendoza justo a fin de cosecha y quedaron fascinados al ver a empleados y dueños compartiendo pastelitos, risas y tradiciones. Ese espíritu comunitario lo conquistó: allí nació la idea de invertir en la provincia.
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| Guillermo García Lamadrid |
Un cruce de caminos decisivo
La vida de Guillermo está llena de encuentros significativos. Uno de ellos ocurrió en Miami, donde tenía un restaurante llamado Tierra del Fuego. Una noche reconoció entre sus clientes a Don Alberto Arizu (padre), fundador de Luigi Bosca, y a su esposa. No les permitió pagar la cuenta. En agradecimiento, Arizu lo invitó a su casa en Mendoza. Guillermo aceptó y así nació una amistad entrañable que aún perdura.
Con el tiempo, importó vinos de Luigi Bosca a Estados Unidos durante un año y medio, reforzando el vínculo. Fue el propio Arizu quien le recomendó qué finca comprar. Así, en 2004 adquirió 102 hectáreas en Agrelo: las fincas La Suiza (a la familia Bertone), La Matilde y Lamadrid.
El primer vino, “Matilde”, salió en la cosecha 2005. Como todavía no tenía bodega, se elaboraba en la de Genero Cacasse. Dos años más tarde surgió la oportunidad de comprar una bodega de 1940, con piletones de cemento y una historia muy particular: era cuidada por la familia Masa-Peralta, que además tenían allí su casa, un almacén y hasta la concesión de una cancha de bochas, punto de reunión de los vecinos. Ese espíritu barrial inspiró el nombre del restaurante que hoy deslumbra en la finca y hasta motivó la reconstrucción de la cancha, lista para quien se anime a jugar.
La bodega y sus anfitriones
Durante mi visita nos recibieron el CEO Eduardo Ríos (en la empresa desde 2008), Matías Scudeletti (Gerente Comercial) y el enólogo Fernando Yañez. También forma parte clave del proyecto Angelina Yañez, hermana de Fernando y primera enóloga de la bodega, aunque en ese momento estaba de viaje por compromisos de trabajo.
La bodega fue restaurada por completo, al igual que la imponente mansión española de 1890, que hoy luce ampliada y transformada en Lamadrid Guest House. Allí se conservan galerías, salas, comedor y dormitorios originales, ofreciendo un alojamiento exclusivo y personalizado en dos habitaciones bautizadas Malbec y Bonarda. A eso se suma el restaurante, la cava, una sala de ventas y una sala subterránea de degustación.
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A pocos metros hay un viñedo de 1,5 ha, con un 80% de Petit Verdot y 14 filas de otras variedades. De allí surge un field blend único, elaborado por Angelina, que por ahora es el único vino de la bodega con uvas de Las Compuertas. La novedad es que acaban de comprarle a Don Pepe Cortez otras 10 hectáreas en esa misma IG, que pronto darán vida a un Malbec propio de esa prestigiosa zona.
Las viejas piletas de cemento de la bodega original se tabicaron y epoxiparon, y en 2010 llegaron los tanques de acero inoxidable. El crecimiento ha sido sostenido: primero se sumó una segunda nave con más tanques de acero, luego una tercera con recipientes de 360 a 500 HL, completándose luego la variedad de recipientes para elaboración con numerosos huevos de cemento.
Hoy la capacidad instalada alcanza los 2 millones de litros, con un 50% destinado al mercado interno y el otro 50% a exportaciones en más de 20 países. Un equipo de seis enólogos se reparte el trabajo para sostener ese volumen.
Elaboran las siguientes líneas de vinos: Terroir Selection, Reserva, Gran Reserva, Matilde, Guillermo, Begani, Peñón, Los Bocheros y Zunzun, contando en total con casi 30 etiquetas.
La última ampliación incorporó un enorme depósito con temperatura controlada para vinos fraccionados, lo que permite darles el tiempo de estiba necesario para alcanzar su equilibrio. También cuentan con dos salas de barricas: una de primer y segundo uso, con sistema de presión positiva de aire y música permanente que “arrulla” a los vinos, y otra con barricas de tercer y cuarto uso.
Vinos, jardines y hospitalidad
Más allá de la capacidad técnica, uno de los encantos de Lamadrid son sus patios y jardines, que invitan a recorrer y disfrutar con calma.
En nuestra visita probamos vinos directo de tanque: el Malbec Clásico, base de otros cortes; el Cabernet Franc de Finca La Suiza, descendiente de la genética traída por los Benegas Lynch; y un componente del Malbec Gran Reserva 2024 desde un tonel Nadalie. También un exquisito Chardonnay de barrica de 500 litros, uno de los primeros blancos de la bodega, nacido a partir de injertos recientes de Chardonnay, Gewurztraminer y Pinot Noir.
Experiencias Lamadrid
Además del Restaurante Los Bocheros (nota aparte) se ofrecen al visitante recorridos guiados por la bodega, los viñedos y la Casona de 1890, junto a variadas experiencias con degustación de vinos, denominadas "Sólo necesitas Terroir", "Agrelo a Través del Tiempo", "La Venus del Vino", "Quienes somos", "Wine and Cigars (agrega introducción en el mundo de los puros).
También pueden disfrutarse los bellos jardines con la experiencia "PicNic en los Jardines" que incluye algo salado para picar y postre con una botella de vino a elección y de agua mineral o con la más sencilla "Sandwich Gormet y Copa de Vino"
La experiencia más completa (dos horas) es la "Blending session" para descubrir las características de tres varietales diferentes, Bonarda, Malbec y Cabernet Sauvignon, y crear un nuevo Blend, una historia y dar nombre al nuevo vino, dibujando su etiqueta y encorchando su propia botella.
Lamadrid Estate es, en definitiva, un proyecto donde confluyen historia personal, tradición mendocina, innovación y hospitalidad. Un lugar donde cada detalle –desde la cancha de bochas hasta la música en la sala de barricas– habla de la pasión de Guillermo García Lamadrid y su familia por hacer del vino algo más que una bebida: un puente entre culturas, memorias y afectos.
Notas del "El Ángel del Vino" sobre destino Las Compuertas, Mendoza:

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