Pero esos temas no son los que apasionan a nuestros lectores, asi que mejor contar lo que recopilamos sobre Bodega Rutini y los vinos que degustamos durante el almuerzo: la bodega original esta en Coquimbito y funciona allí desde 1885; lugar donde se elaboran los vinos San Felipe, La Vuelta, Cepa Tradicional, Pequeña Vasija y Cruz Alta.
La nueva bodega, se ubica en Tupungato (sitio donde poseen antiguos viñedos plantados por Felipe Rutini en 1900) y fue inaugurada en el año 2008. Es un proyecto de avanzada diseñado por el estudio Yanzón & Bórmida, inspirado en una princesa egipcia. Posee la más alta tecnología, destacándose la selectora automática de uvas que durante la vendimia trabaja las 24 hs y posee un sistema auto limpiante con leds. De allí salen las lineas Trumpeter, Encuentro, Colección Rutini, Antología, Apartado y Felipe Rutini. El Director Enológico Rutini es el prestigioso enólogo Mariano Di Paola. Cuentan con cinco viñedos propios ubicados en Altamira, La Consulta y Tupungato
Enrique Coscia es sobrino de Italo Rutini -uno de los siete descendientes de Felipe Rutini- y trabaja en La Rural desde 1960, aunque oficialmente se incorporó en 1966. Se lo conoce como el “creador” de la marca Rutini ya que en 1982 cuando el directorio (Italo Rutini y sus seis hermanos) decidió crear un vino al estilo de los Grand Cru franceses, Enrique -en ese momento de 20 años- sugirió ponerle el nombre del fundador de la bodega Don Felipe Rutini.
Enrique cuenta que el vino icono en ese momento era el San Felipe, que es reconocido actualmente por su ya tradicional botella formato caramañola. Esta botella fue una creación de Italo y Luis Rivas, su cuñado, que viene del concepto alemán (con formas de huevos de macho cabrío). La etiqueta del San Felipe había sido encargada por Luis Rivas al artista Alejandro Sirio -especialista en fotograbado en el diario La Nación- quien no quiso cobrar su trabajo por lo cual, como homenaje, en la parte de abajo de la misma se leía: A. Sirio. Esa etiqueta muestra la casa y los galpones de la casa de Rutini, de la época en que el vino se vendía en bordelesas y se le pegaba una etiqueta de papel con esta imagen.
Siguiendo la tradición, la etiqueta del Felipe Rutini se encargó años mas tarde a un discípulo de Alejandro Sirio. Al momento del lanzamiento se buscó que fuera el vino tope de la Argentina y para ello se lo lanzó con un precio alto ($ 10,5) que se encontraba un 10% por encima del Bianchi; en ese momento era el vino mas caro del mercado. Esto provocó el enojo del Gato Dumas, pero finalmente el vino fue aceptado -por su gran nivel- por los consumidores.
Enrique cuenta que el vino icono en ese momento era el San Felipe, que es reconocido actualmente por su ya tradicional botella formato caramañola. Esta botella fue una creación de Italo y Luis Rivas, su cuñado, que viene del concepto alemán (con formas de huevos de macho cabrío). La etiqueta del San Felipe había sido encargada por Luis Rivas al artista Alejandro Sirio -especialista en fotograbado en el diario La Nación- quien no quiso cobrar su trabajo por lo cual, como homenaje, en la parte de abajo de la misma se leía: A. Sirio. Esa etiqueta muestra la casa y los galpones de la casa de Rutini, de la época en que el vino se vendía en bordelesas y se le pegaba una etiqueta de papel con esta imagen.
Siguiendo la tradición, la etiqueta del Felipe Rutini se encargó años mas tarde a un discípulo de Alejandro Sirio. Al momento del lanzamiento se buscó que fuera el vino tope de la Argentina y para ello se lo lanzó con un precio alto ($ 10,5) que se encontraba un 10% por encima del Bianchi; en ese momento era el vino mas caro del mercado. Esto provocó el enojo del Gato Dumas, pero finalmente el vino fue aceptado -por su gran nivel- por los consumidores.
La marca se instaló por el boca a boca, sin ayuda del periodismo ni de otros medios, a través de una campaña en la cual se enviaron botellas personalizadas junto a una carta del presidente de Rutini. En el primer año, 1985, se vendieron 400 cajas, llegándose a un máximo de 7.500 cajas. Actualmente se venden 2.000.
Luego salió “Colección Rutini” y más tarde -en octubre de 2001- el Trumpeter, una marca que estaba en el baúl de Catena Zapata (socio con un 35% del paquete accionario de la bodega, estando el restante 65% a manos de José Benegas Lynch). Se escribió Trumpeter “by Rutini” y fueron los pioneros en apoyar una nueva etiqueta de esa manera, poniendo en juego la marca mayor.
Es una bodega que siempre estuvo enfocada al mercado interno, pero actualmente las exportaciones alcanzan el 25% y con tendencia positiva.
Pero no todo fue charla, algunos vinos tomamos. Comenzamos con un delicado Rutini Brut Nature 2012, elaborado bajo método Champenoise y seguimos con vinos de la línea Antología, que son numerados, únicos e irrepetibles. Partidas especiales que no se repiten.
Antología XLV 2015
Es un blend blanco compuesto 40% Chardonnay de Altamira, 40% Chardonnay de Gualtallary, 10% Semillón y 10% Gewustraminer. Me gustó mucho la integración de la madera y de los distintos componentes del blend, con un gran final de boca.
Antología Merlot 2014
Gran concentración, parece un vino con más guarda. Es el Merlot que forma parte del Felipe Rutini. Un de los mejores Merlot que probamos últimamente.
Antología Malbec 2014
De Gualtallary. Nariz floral, compleja, que tarda en abrirse, pero se destaca en boca. Es el Malbec típico: frutal, con buen balance de dulzura, va a ganar mucho con la guarda.
Antología Cabernet Franc 2014
De Gualtallary. Nariz fresca, hierbas frescas, fondo mentolado. En boca algo picante, transmitiendo muy bien los aromas de nariz. El que mejor me impresionó.
Antología Cabernet Sauvignon 2014
Como en el Malbec, la enología supera a la cepa, se vuelve a notar la calidad de la fruta pero la tipicidad queda en segundo plano. El que menos me gustó.
Antología XV
Una nariz muy de alta gama y una boca acorde.
Rutini Vin Doux Naturel 2013
El cierre de la degustación fue con este hermoso vino dulce, que tiene una envidiable paleta de aromas.
Rutini Vin Doux Naturel 2013
El cierre de la degustación fue con este hermoso vino dulce, que tiene una envidiable paleta de aromas.
Cabe destacar que la imagen de los vinos de alta gama (Antología, Apartados, Single Vineyard y Encuentro Blend) ha cambiado, aggiornándose con etiquetas más grandes, mas blancas y limpios los frentes, pasando la información a las contra-etiquetas. Una muestra mas de que esta bodega, aunque tradicional, sabe adaptarse a los nuevos vientos manteniendo su bien ganado prestigio.
Fotos tomadas por el Ángel del Vino y gentilezas de los blogs "El Vino del Mes" y "Argentina y sus vinos".
Muy buen repaso de la jornada Angel! Salú!
ResponderEliminarMuy buen relato. Coincidimos en que el Cabernet Franc fue de lo mejor.
ResponderEliminarAbrazo y gracias por la mención al blog.
Gran post, gracias por compartirlo!!
ResponderEliminarsaludos y brindis