Bodega Moor & Barrio, vinos de calidad, en pequeña escala.

¿Bodega artesanal?, ¿Bodega de garage? 

Mas bien podríamos decir que Moor & Barrio es una bodega bien familiar. 

Porque nació de las ganas del joven matrimonio compuesto por dos enólogos: Teresita Barrio y Cristian Moor con la intención de poder demostrar que es posible hacer vino de la misma o mejor calidad que los que se hacen en grandes bodegas, simplemente utilizando elementos similares a los que éstas utilizan, pero de menor escala. "Es como una bodeguita bonsai", dice Cristian Moor, acodado en la pequeña despalilladora de acero inoxidable.

Teresa Barrio y Cristian Moor

De este modo, en el fondo de la casa de los padres de Teresita -o "la Tere" como todos le dicen- instalaron una bodega con todas las de la ley (inscripta en el INV como bodega artesanal, debido al pequeño volumen de producción) y con el cumplimiento de todos los requisitos legales, que posee todo lo necesario ubicado en apenas 30 metros cuadrados, la mitad cubiertos y la otra mitad ubicados bajo un gazebo, como se ve en la siguiente foto.

Una pequeña despalilladora italiana, una antigua prensa de madera y otra más moderna metálica, pequeño tanque de acero inoxidable, barricas, bines y filtros, se utilizan para el proceso de elaboración de su vino, denominado Initium.

"Nos conocimos en la facultad y empezamos con nuestra bodega en 2010, nos fuimos equipando de a poco y en 2011 elaboramos la primera cosecha, para la cual desgranamos a mano. Desde el principio buscamos comprar uva a un productor. En 2011 fue a Teodoro Lovello de La Consulta, que normalmente vende la uva a Bodega Bianchi. Utilizamos uvas de su viñedo en los tres primeros años, pero en 2014 el viñedo fue afectado por la peronóspera y pasamos a buscar uvas de más calidad, en Tupungato Vineland, Gualtallary".

"En 2015 no conseguimos buena uva, porque hubo mucha lluvia y no elaboramos porque la uva de ese viñedo de Tupungato Vineland se caía de la planta y decidimos no cosecharla". ¿Cómo fue?, le preguntamos. "Lo qué pasó fue que se atrasaron más de diez días respecto a la fecha de cosecha que les pedimos y después, cuando finalmente fueron a intentar cosechar, no se pudo por la lluvia", recuerdan -con pesar- sobre ese año que les falta para completar una vertical ininterrumpida desde 2011. 

En 2016 usaron Malbec de Gualtallary (viñedo frente a Tupungato Vineland) y Cabernet Franc de Altamira; y desde 2017 que compran la uva en The Vines, lo que tiene la ventaja de que Cristian puede monitorear seguido el viñedo y elegir bien, ya que es el enólogo de Bodega Corazón del Sol, ubicada en ese mismo predio.

Moor y Barrio están en todos los detalles, realmente sus vinos no tienen nada que envidiar a los producidos en las grandes bodegas y, pese a que su volumen de producción es pequeño y la bodeguita está instalada en el patio de la casa, todos los elementos que utilizan son del mismo nivel que se manejan en bodegas grandes, solo que en pequeña escala.

Todo es del mejor nivel: las botellas, el corcho, el packaging... Cuentan con una distinguida etiqueta pegada a mano en diagonal que deja, en el caso de la cosecha 2014, el espacio justo -al frente y arriba- para pegar la etiqueta redonda con la cual lucen orgullosos y merecidos 94 puntos Tim Atkim. Y en la contra etiqueta otro lindo detalle: la firma a mano de Teresita y de Cristian. 

Initium Gran Malbec

En el encuentro tuvimos la suerte de poder realizar una vertical de las añadas 2013, 2014, 2016, 2017, de barrica la 2018 y una muestra de tanque de la 2019, a la cual le faltaba aun hacer la fermentación maloláctica; y verificar el constante avance y mejora de los vinos.

El cierre del lindo encuentro, que terminó con una buena picada, empanadas y masas en el living comedor de la casa, fue perfecto y con sorpresa: un espumante Pinot Noir / Chardonnay que gustó a todo el grupo y que, al igual que los vinos, recomendamos sin dudar a quien busca calidad y mucho amor puesto en una botella.