
Finca Camuñas vino de autor
Con la expresión del vino en los distintos valles sanjuaninos
"Siempre digo que lo mío fue casi un accidente, no algo premeditado, ni planeado. Empecé haciendo una primera elaboración con Gerardo, un amigo que estudiaba enología, cuando no tenía idea de la industria, porque en mi familia no había enólogos ni bodegueros"
Por ese entonces Juan se dedicaba a un pequeño negocio (locutorio y maxikiosco) y decide aventurarse a elaborar un vino tinto casero sin más herramientas que una vieja moledora de uva prestada y un pequeño tanque de acero inoxidable que hacía de improvisado fermentador.
"Hice cien litros de un Syrah que se dejaba tomar bastante bien y esa primera elaboración me generó un clic que me dejó maravillado con el mágico proceso de la transformación del mosto en vino"
En el invierno de este mismo año, decidió hacer sus propios barbechos de vid, para implantarlos en una finca familiar ubicada en Pocito, que usaban para recreación y reuniones familiares los fines de semana, pero hasta ese entonces sin intenciones de trabajar la tierra. Recogió los restos de poda de unas viñas cercanas pertenecientes a un amigo, para hacer los barbechos (siempre guiado por libros y consejeros) que darían origen a las plantas de vid en una superficie de poco menos de una hectárea y que tres años más tarde darían sus primeros frutos, con los que Juan concebiría sus propios vinos, pensados para consumo de la familia y amigos.
"Finalmente en 2007 empecé a estudiar la carrera de enología, sin reales intenciones de dedicarme a esto, pero hubo señales que me hicieron cambiar de idea".
La primera señal apareció cuando el vino que Camuñas elaboró en el último año de estudio (2010) obtuvo una medalla de oro en el concurso Cata de Vinos de San Juan. Después de recibirse con el mejor promedio lo becaron con un viaje a Italia para conocer la escuela enológica de Conegliano en el Véneto. Y un par de años más tarde, tras vendimiar en la bodega Jackson Estate de Nueva Zelanda, definitivamente se decidió a que el vino dejaría de ser un hobbie.
Hace ya quince años que levantó su bodega en esa misma finca de Pocitos, a once kilómetros al sur de la ciudad de San Juan y, desde 2007, viene elaborando sus vinos, primero con esas uvas propias y a medida que fue subiendo la demanda sumando uvas adquiridas de otras variedades y provenientes de varias zonas distintas de la provincia.
Las uvas de Pocito tienen un perfil aromático de mucha fruta, muy buen color y una linda estructura en boca, siendo más aptas para el consumo anual. Por eso de allí nace la línea de vinos jóvenes que cuenta con Malbec, Syrah, Cabernet Sauvignon y Viognier.
Desde 2016 adquiere uvas en el Valle del Pedernal, de un viñedo chiquito de tres hectáreas llamado La Guarida del Malbec perteneciente al enólogo Osvaldo Sánchez. Son uvas con una intensidad, concentración y estructura ideales para ser criados en barrica y en botella durante mucho tiempo.
Con estas uvas hace un Malbec llamado Sin Límites para el propietario de la finca, el Finca Camuñas Reserva y, en colaboración con el enólogo también sanjuanino Paco Puga (Bodega El Porvenir de Cafayate y varios proyectos propios) el vino San Juan por mi sangre.
En Guanacache, Sarmiento, compra las uvas con las que elabora dos de sus vinos estrella: Finca Camuñas Pinot Grigio blanco y rosado. No solo lo elabora para él, sino que también asesora otras bodegas con otras marcas y etiquetas.
Y este año decidió ir a un poco a más de altura dentro del Valle de Pedernal, comprando uvas a la Finca El Durazno, para comenzar a elaborar otros dos vinos: un Cabernet Sauvignon y un Sauvignon Blanc.
Con uvas del Valle del Zonda, más precisamente del Valle de la Ciénaga pertenecientes a un viñedo de Bodega Xumek, a unos 1.500 msnm, elabora un Pinot Noir y un Chardonnay para base de espumante, bajo el método champenoise.
"Esa zona es mucho más fresca, ideal para el Pinot Noir que necesita climas más frescos sobre todo para una base de espumante que tiene que ser muy elegante, de poco alcohol y con poca carga de polifenoles" explica Camuñas quien define a sus vinos como "genuinos y auténticos, siempre tratando de expresar lo que da cada terroir, para intervenir lo menos posible en las características organolépticas. Por eso trato de no copiar ninguna moda o tendencia para que sean vinos de autor, con un estilo propio que son los vinos que a mí me gustan tomar y que creo que le pueden gustar a la gente".
Adicionalmente tiene el orgullo de ser el enólogo del vino que se elabora con uvas del viñedo más alto de Cuyo, ubicado a 2.050 msnm en El Chinguillo, Departamento Iglesia, al norte de San Juan. Un vino muy especial, que se será presentado en poco tiempo y cuyos ingresos se destinarán en su totalidad a realizar mejoras en el pequeño pueblo.
Desde fines de 2016 Camuñas se dedica de lleno a su profesión, repartiendo su tiempo entre su bodega, su cargo de docente titular de las cátedras de Enología y Enoquímica de la carrera de Técnico Superior en Enología en la casa de estudios donde se formó y brindando asesoramiento técnico a otras bodegas que elaboran vinos de calidad. Esa aventura que comenzó en 2007 con tan solo 500 botellas hoy representa una producción de 18.000 botellas al año de vinos de muy buena calidad.
Festejamos que la Provincia de San Juan vaya mostrando sus posibilidades gracias al aporte de pequeños e inquietos productores como Juan, que realizan una búsqueda y elaboran vinos que valorizan, por sus características diferenciales y únicas, los diversos valles sanjuaninos.
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