Cheval des Andes el Grand Cru de los Andes

Cheval des Andes a fondo

Conoce todo sobre el Grand Cru de los Andes

La filosofía de la elaboración de vinos de Château Cheval Blanc, basada en el potencial de guarda y la elegancia, florece en la Argentina.

Luego de un frugal desayuno a la vera de la ruta que lleva a Las Compuertas, llegamos temprano a la finca de Cheval des Andes. Apenas ingresar divisamos, en el medio de los viñedos, un loft en el que nos encontramos con Noelia Pérez, coordinadora de comunicación y hospitalidad.

"Para contar la historia de Cheval des Andes, hay que remontarse a la búsqueda del presidente de Château Cheval Blanc, Pierre Lurton, de un terroir internacional especial donde aplicar el histórico legado del Château francés en la elaboración de vinos".

Al descubrir el impresionante viñedo de Malbec de Las Compuertas, plantado en Mendoza en el año 1929, Lurton se sintió inmediatamente cautivado y declaró: “este será un viaje a las raíces de Burdeos”. Esos viñedos de Terrazas de los Andes eran el lugar adecuado para desarrollar el proyecto de elaborar en la Argentina un vino de calidad internacional, que representara la primera y única alianza que el prestigioso vignoble Château Cheval Blanc ha considerado digna de lanzar.

El loft fue hecho en el año 2007 acompañando una cancha de polo y un haras de caballos, los cuales conceptualmente simbolizaban la relación con Cheval Blanc (caballo blanco en francés). La cancha de polo ocupaba 3,5 hectáreas del total de 32 hectáreas con que cuentan en Las Compuertas, pero ha sido desmontada y plantada con nuevos viñedos. 

Es que Cheval des Andes ya no necesita para su identificación con la argentinidad recurrir al glamour del polo, porque tiene bien ganada una identidad propia. Además cuentan con otras 15 hectáreas en Paraje Altamira, con vides plantadas en 1945, sumando un total de 47 ha.

Unos minutos más tarde llegaron al encuentro la Ingeniera Rosario Toso, a cargo de la agronomía desde el año 2016 y el licenciado en viticultura y diplomado como enólogo en la Universidad de Bordeaux, Gérald Gabillet, quien se desempeña como director técnico de la empresa.

Gérald aporta una gran experiencia de sus trabajos en Château Destieux (Grand Cru Classé), Château Beauregard y de su experiencia más reciente en Château D´Angélus, 1er Grand Cru Classé A.

Si bien el proyecto nació como una especie de joint venture entre Chateau Cheval Blanc y Terrazas de los Andes, actualmente Cheval des Andes es una sociedad anónima independiente de Terrazas, "son como primos", expresa Gabillet.

Ejemplo de la relación directa entre Cheval Blanc y Cheval des Andes es que cuentan con la asesoría agronómica de Xavier Chone especialista francés en estrés hídrico, para desarrollar un modelo bordelés, con riego.

La finca de Las Compuertas

Se asienta sobre suaves pendientes a una altura de 1.070 metros. Disfruta de un microclima único con precipitaciones relativamente escasas, mientras que su altitud permite un clima más fresco con una elevada amplitud térmica diurna. 

Tiene suelos aluvionales y franco-limosos compuestos por arena (36%), piedra caliza (45%) y arcilla (16%). Las piedras se encuentran entre 1,5 metros y 2,5 metros de profundidad, lo que agrega cierta frescura a los vinos. Las zonas de este viñedo que tienen un suelo más profundo se adaptan particularmente bien al Cabernet Sauvignon porque las profundidades mayores favorecen la madurez óptima de este varietal y Las Compuertas no es tan fresco como el Valle de Uco. Por otro lado, las zonas con suelos menos profundos son ideales para producir el untuoso Malbec.

Cabe destacar que utilizan solo uvas propias y en el blend están siempre, desde el inicio, el Malbec y el Cabernet Sauvignon sumando a veces un poco de Petit Verdot. 

Para plantar el sitio donde estaba la cancha de polo eligieron Cabernet Sauvignon y las primeras uvas de este nuevo viñedo pudieron ir al corte desde el principio, debido a todas las elecciones clave antes realizadas, como ser: selección de clones, portainjertos, selección masal de una finca de Drummond perteneciente a Terrazas de los Andes y elegidos por Pierre Lurton y Roberto de la Mota, etcétera. 

"Queremos que cada año se guarde el reflejo de la añada, con nuestra interpretación y la identidad del cru: fresco, elegante y con potencial de guarda, los tres pilares definidos por Pierre Lurton que deben tener siempre estos vinos". 

"No hacemos maceración pre fermentativa, usamos solo los granos, empezamos rápido la fermentación, pocos remontajes buscando delicadeza, maceración post fermentativa de dos a tres semanas y hacemos maloláctica en tanque. Tanques chicos separando cuarteles: seis tanques de 3.000 litros, otros de 8.000 y algunos de 11.000 litros, para dos hectáreas de Cabernet Sauvignon".

Los equipos de enólogos de Cheval des Andes y Château Cheval Blanc realizan juntos el pre-assemblage que constituye la base para el blend final. Antes se reunían presencialmente, pero desde la pandemia se mandan muestras a Francia. Este blend se añeja durante 16 a 18 meses en una selección de barricas nuevas y de segundo uso de Burdeos, de roble francés o austríaco.

"En los últimos años, desde 2012, se pasó a dar más protagonismo a los cuarteles de Cabernet Sauvignon de Las Compuertas. La primera cosecha que tuvo ciento por ciento de uva propia fue la de 2016 y desde la cosecha 2019, gracias al Cabernet Sauvignon estamos levantando cada vez más el nivel del vino. Se cosecha promedio en la segunda semana de marzo, cuando antes se hacía en abril".

"Nos gusta mucho cómo se da el Cabernet Sauvignon" dice Gérald Gabillet. 

Desde 2015 se empezó con Lorenzo Pasquini (anterior enólogo) a trabajar incorporando barricas más grandes, de 500 litros y en 2017 se agregaron dos fudres: uno de roble francés y otro alemán marca Stockinger con madera de Alemania, Austria y Eslovenia. Hoy se usa 40% barricas de 225 litros, 40% barricas de 400 litros y 20% fudres 50% nuevos.

 Cheval des Andes: un conjunto que cuenta con la exuberancia del Malbec, equilibrada por la templanza del Cabernet Sauvignon y que se completa con toques de Petit Verdot.

Vertical Cheval des Andes 2017 a 2020

Luego de recorrer la finca Gérald Gabillet nos agasajó con una vertical de cuatro añadas. Para cada añada, añadimos la nota de cata de la bodega, distinguida en cursiva. 

Cheval des Andes 2017

62% Malbec, 38% Cabernet Sauvignon con un estilo más bordelés. 

El vino se abre con una nariz intensamente aromática, con frutas frescas (grosella), florales (violeta) notas de pimienta, menta y madera delicada. Un ataque amable en boca con taninos de seda. La suavidad del Malbec se combina con la elegancia del Cabernet Sauvignon proporcionando equilibrio y un final de boca prolongado.

Cheval des Andes 2018

En 2018 se perdió algo de producción por la helada temprana en Las Compuertas que impactó en el Cabernet Sauvignon por lo que el Malbec aumentó su participación al 70% y el Cabernet solo 30%, debido a ello es un perfil "más Malbec". 

En primer momento, sus notas nos recuerdan a frutas rojas y negras frescas, tales como cerezas y ciruelas. Luego aparecen, sutiles y elegantes, notas a regaliz y vainilla producto de una fina integración de la madera. En boca, se muestra con una entrada amable que rápidamente cobra volumen desplegando una gran estructura y personalidad, así como un final prolongado y amable que invita a continuar descubriéndolo.

Cheval des Andes 2019 

Tuvo ciento por ciento Cabernet Sauvignon de Las Compuertas y una composición del blend en partes iguales con el Malbec (50/50%).

En el primer encuentro con esta copa resaltan intensas notas de frutos rojos frescos tales como cerezas, grosellas y ciruelas, acompañados por hierbas y flores que nos recuerdan a violetas y lavandas. Poco a poco, la elegante integración de la madera empieza a hacerse notar al brindarnos sutiles notas especiadas con toques de vainilla, cedro y regaliz. En boca, entrada refrescante y fluida, con gran personalidad, destacando taninos elegantes y una acidez punzante y equilibrada.

Cheval des Andes 2019 invita a disfrutar de su frescura y compleja juventud, siendo muy apto para esperarlo y descubrirlo a través de los años.

Cheval des Andes 2020

Cheval des Andes 2020 es el fruto de un año extremo en Mendoza, con una ola de calor al final del verano, que dio lugar a la cosecha más temprana de la historia de la bodega. Fue un gran desafío lograr el estilo que corresponde a la identidad de Cheval des Andes, donde la frescura y la elegancia son protagonistas. El corte es 49% Malbec, 49% Cabernet Sauvignon y 2% Petit Verdot.

Generoso y expresivo en nariz, con notas que recuerdan a frutos rojos maduros como cerezas, ciruelas y casis, combinados con toques de especias, pimienta negra y violetas. En boca, comienza suntuosamente rico y con mucho cuerpo. Los taninos potentes y refinados contribuyen a la estructura de este vino. El final marca un regreso a los aromas de frutas rojas y de carozo con matices especiados. 

Nacido en una cálida vendimia mendocina se logró preservar su identidad fresca, elegante y con un gran potencial de guarda, pese a lo caluroso de la cosecha y se debió alquilar un camión frigorífico para traslado de las uvas a la bodega (una hora en camión desde Las Compuertas y como tres horas desde Altamira), llevando 16 pallets de 100 quintales por camión.

El éxito de Cheval des Andes está demostrado por el hecho de que la producción aumentó sostenidamente en el último decenio, pasando de 32.000 botellas en 2014 a superar las 100.000 en 2020.

Resumen de la experiencia

Al visitar la finca de Cheval des Andes nos interiorizamos de los pormenores acerca de cómo se inició el proyecto y la manera en que continúa desarrollándose en la actualidad (ver nota). Notamos que lo que comenzó como un plan de hacer un vino de muy alta gama a la vera de los Andes, pero bajo preceptos franceses, ha ido creciendo y definiendo su personalidad.

Las características propias y argentinas del proyecto ya no están dadas por la imagen de los caballos de polo, ni de las imponentes montañas (aunque estas obviamente continúan estando), sino por la incorporación del conocimiento específico del terroir, que se fue adquiriendo a través del paso de los años.

Por eso, muchos de los detalles que pudimos observar en el viñedo y que luego se traducen al vino (un gran vino es la suma de muchísimos pequeños detalles en su elaboración, desde la tierra hasta el líquido) ya son bien propios y no una simple repetición de costumbres bordelesas.

Y la mayor demostración de que Cheval des Andes ha entrado en la adultez (más allá de la coincidencia de la cantidad de cosechas en el mercado con la edad en que la adultez se da en un ser humano) es que hay una sinergia entre la experiencia del viejo mundo y los resultados obtenidos aquí, en el nuevo mundo del vino.

Ello se expresa, por ejemplo, en los aportes que los expertos locales han podido hacer a Cheval Blanc frente al cambio climático y el manejo de viñedos bajo riego, algo antes impensado en Bordeaux.

Para cerrar esta nota te contamos que la gran novedad es que en marzo del 2025 se inaugurará la nueva bodega, allí mismo en Las Compuertas, de la cual ya comienzan a verse los primeros trabajos. Te invitamos a que estés atento a la próxima nota en la cual detallaremos el extenso trabajo agroecológico que realizan en el viñedo