Manejo agroecológico integral del viñedo Cheval des Andes

El viñedo de Cheval des Andes

Manejo agroecológico y sustentable

 El aporte constante de nuevas prácticas y el recupero de viejas tradiciones en el manejo de un viñedo ejemplar en Las Compuertas

En nuestro último viaje a Mendoza tuvimos la oportunidad de acercarnos a la viticultura regenerativa o agroecológica en varias de las visitas que realizamos a distintos viñedos como ser: Alpamanta (con Victoria Brond) y Sueños de Revolución (con Pablo Caparrós y Ana Rodríguez Rolfi).

Pero fue en Cheval des Andes donde más profundizamos en las tareas que realizan en estos aspectos, con detalladas explicaciones del enólogo Gerald Gabillet y la ingeniera agrónoma Rosario Toso.

El proyecto agroecológico

Para Cheval des Andes el proyecto agroecológico ya es parte de la filosofía y si bien actualmente la viticultura regenerativa se usa mucho como un concepto de marketing, aquí la desarrollan en profundidad desde hace mucho tiempo. 

Para demostrarlo, salimos prontamente a recorrer el viñedo, mientras Rosario Toso nos explicaba: "Desde el año 2020 hacemos agroforestería. Todo empezó en 2017 cuando se construyó la primera represa y decidimos alejarnos del monocultivo, para empezar a incluir dentro del viñedo ciruelos y cerezos. En 2020 se comienzan a poner árboles en el medio de las hileras, haciendo hileras mixtas, sacando una planta de vid y reemplazándola por un árbol". Llevan más de dos mil árboles frutales y forestales plantados.

   

Tampoco faltan elementos tradicionales, como los ya clásicos rosales dispuestos al comienzo de las hileras que, además de embellecer el viñedo, dan alerta temprana de la presencia de hongos porque se infectan antes que las vides.

El primer año decidieron las especies plantar y comenzaron con frutales, en seis parcelas plantadas con Cabernet Sauvignon. En una pusieron almendros y manzanos de distintas variedades, durazneros, pistachos y, a su vez, comenzaron a estudiar qué especies forestales podrían incorporar. Y desde 2022 iniciaron la plantación de especies que están en la finca de Cheval Blanc de Francia y otras típicas de la Argentina.

La incorporación de árboles en el viñedo los llevó a estudiar la interacción con las vides, tanto a nivel subterráneo como también en la parte aérea, en la cual se destaca la relación con aves y pájaros. Los árboles elegidos se adaptan a la poda intensa, mediante la cual se deben ser conducidos para permitir el paso del tractor entre las hileras. También en la finca se han plantado más de 200 olivos.

Con la madera cortada en la poda se producen dos elementos: BRF y briquetas. El BRF (bois raméal fragmenté o madera ramial fragmentada) es un biotriturado de poda fresca, que luego vuelve al suelo incrementando los niveles de carbono, materia orgánica, textura y nutrientes. La materia orgánica en este viñedo es mayor al 1%, un valor que duplica lo normal en Mendoza.

Por otra parte, el material de poda también se tritura para hacer briquetas y reemplazar el carbón de coque que normalmente se utiliza para la lucha contra heladas, logrando eliminar los gases de la combustión del carbón, aunque en esta zona las heladas no suelen afectar tanto.

Otro factor a considerar a futuro será la sombra, algo poco común en los viñedos de Mendoza. También se instalaron nidos para pititorras y golondrinas y cabañitas para murciélagos, que se comen las larvas de la polilla lobesia (una plaga que afecta mucho a la vid). 

    

Se han instalado diez colmenas de abejas.

A nivel subterráneo, las raíces de la cobertura vegetal (antes llamadas malezas) de las viñas y árboles generan una red interconectada a través de las micorrizas (asociaciones simbióticas entre los hongos y las raíces de las plantas vasculares) que hacen circular información, señales que se pueden comunicar entre ellos. 

A nivel superficial se han aplicado coberturas de varias especies diferentes de las familias gramíneas, leguminosas y crucíferas (entre ellas, el rábano forrajero, la vicia y la mostaza). Se busca que siempre alguna de estas coberturas esté en flor, ya que sirven para atraer los insectos hacia ellas en vez de a las uvas y también ayudan a las colmenas de abejas (con las cuales se produce miel). Cuando crecen, se van acostando mecánicamente en función de la necesidad de agua del viñedo. Dejan también sectores testigo sin verdeos, para poder comparar.

En determinadas parcelas hicieron pequeños bosquecillos, para que toda la finca esté interconectada con forestación. Para hacer los bosquecitos han tenido que quitar plantas de vid, lo que demuestra el compromiso en el manejo agroecológico.

Las ataduras que se realizan para conducir los sarmientos de las vides se realizan con totora, que es biodegradable.

 

En la finca cuentan con dos represas que aportan 1.000.000 de litros por hectárea de reserva, algo que ha sido importante para tomar este tipo de decisiones, porque el consumo de agua aumenta debido a las coberturas y árboles.

En la foto siguiente se puede observar el detalle, en una plantación nueva, de cómo las mangueras de riego se disponen sobre estacas de madera que ayudan a que la planta crezca recta y, a su vez, las protegen de las labranzas mecánicas que se realizan porque en esta finca no se usan herbicidas, sino que desorillan (limpieza de vegetación bajo la planta) a mano o con desorilladora mecánica.

El viñedo cuenta con un sector de 16 hectáreas que tiene antiguas plantas a pie franco de 1929, que desde el año 2018 ha venido reestructurándose, sacando plantas enfermas afectadas por hongos y una enfermedad conocida como "hojas de malvón", por lo que quedan solo siete hectáreas originales.

En los suelos más profundos cambiaron dos hectáreas a Cabernet Sauvignon y se utilizaron unas mil plantas con portainjerto 10114 para experimentar con clones, buscando los que se adaptan mejor y descartando las que dan virus en los análisis.

Las redes que cubren las plantas no solo son un factor de prevención ante una eventual caída de granizo, sino que también ayudarán, cuando la zona se vaya poblando con mayor cantidad de aves (algo previsible al aumentar la proporción de especies arbóreas intercaladas en el viñedos), a que las mismas no se coman las uvas apenas empiecen a madurar.

En el lugar cuentan con dos huertas orgánicas y una granja de animales entre los que se encuentran ovejas, llamas y alpacas. Se trata de atraer la fauna local benéfica hacia la finca (por ejemplo, lo ya nombrado de incorporación de cajas nidos). Se cultivan frutas, hierbas y olivos, que se convierten en aceite. Las ovejas se esquilan para confeccionar ropa de abrigo para los trabajadores del viñedo. Todos los animales proveen fertilizante natural para la huerta.

Todo este trabajo se traduce en que, en promedio, es necesario dedicar un operario por parcela, que además cada año realiza la poda de la misma parcela. Desde el 2023 están certificados orgánicos por Letis y sustentables por Bodegas de Argentina.

Siendo esta nuestra primera visita a Cheval des Andes, cuando la planificamos pensamos que íbamos a encontrarnos con un proyecto plenamente desarrollado, con la madurez de la experiencia francesa de varios siglos en viticultura, sumada a más de 20 años trabajando en nuestro país. 

Pero grande fue la sorpresa al encontrar que, si bien tienen todo eso, no se duermen en los laureles sino que están permanentemente innovando y desarrollando cosas nuevas, aunque muchas de ellas representen volver a una agricultura tradicional que se dejó de hacer ya hace muchos años, pero ahora aplicando nuevas técnicas, tecnologías y conocimientos.