Alpamanta bodega orgánica y biodinámica

Alpamanta, a puro premio 

Alpamanta es una bodega biodinámica que sigue las reglas de Rudolf Steiner contemplando el mundo animal, el vegetal, el mineral y el ser humano. 

Corría el año 2016 cuando conocimos al austríaco Andrej Razumovsky (propietario junto al suizo André Hoffman y el francés Jérémie Delecourt) en una degustación realizada en la vinoteca Mr. Wines (reflejada en esta nota). Fue entonces cuando tuve la primera aproximación profunda sobre los vinos biodinámicos y la bodega pasó a estar en mi lista de lugares a visitar. 

La espera valió la pena, porque Alpamanta ha crecido mucho desde entonces, en todos los aspectos. En octubre de 2023 la visitamos, sabiendo que desde sus comienzos cuentan con la certificación biodinámica en sus viñedos y la certificación de Demeter Internacional para las uvas y los vinos.

Apenas ingresar a la finca nos recibió la guía turística Yanina Martín y nos invitó a recorrer el sector donde se encuentran las salas de preparados bidinámicos y los corrales de los animales, que sirven para controlar el crecimiento de las malezas originales o autóctonas y las agregadas.

La sala de preparados energéticos universales y para los suelos tiene un muestrario de los mismos, que son denominados 500 a 508. Por ejemplo, hay un preparado que se aplica en cualquier época del año compuesto por guano de vaca, cáscara de huevo y otros dos componentes y se entierra colocado dentro de un cuerno de vaca, uno por hectárea.

Los trabajos agronómicos en Alpamanta se enfocan principalmente en estos aspectos: 

1. cobertura vegetal
2. preparados biodinámicos 
3. compost
4. calendario biodinámico

En la finca, de 35 hectáreas, hay vacas, conejos, gallinas, gansos y ovejas. Además tienen una huerta con las hierbas que se usan para los preparados, de formato circular sin vértices ni esquinas, bajo el principio de que estos no existen en el universo, lo que permite a la energía fluir sin estancarse.

Al acercarnos al edificio de la bodega no esperaba la Gerente de Enología y Operaciones, Victoria Brond, con un Alpamanta Natal Sauvignon Blanc 2014 bien frío que, bajo los rayos del sol mendocino nos supo gloria y nos dejó sorprendidos por su vitalidad después de 9 años de guarda. Un comienzo ideal para empezar a romper prejuicios sobre la capacidad de guarda de estos vinos.

Brond trabaja desde hace cinco años en Alpamanta y tiene experiencias previas en Nieto Senetiner, Bodega Vintage, Sentire Wines, Bodega del Fin del Mundo, Bodegas Chandon y en el Instituto Nacional de Vitivinicultura.

Mientras caminábamos por los viñedos nos explicaba: "Cada proyecto biodinámico tiene su interpretación, dando mayor o menor importancia a distintas cosas y, en el caso de Alpamanta, el suelo es una de las más importantes".

La captación de dióxido de carbono, la preservación de especies nativas, las raíces que contribuyen a la no compactación y a mejorar la microbiota del suelo, son consideradas muy importantes. En la finca hay chañares, tréboles, hinojos, olivos, etcétera. "Lo importante en un desierto es evitar la erosión y la compactación del suelo que matan su vida y su reserva orgánica. Aquí, apenas escarbar un poco, se encuentran chanchitas, arañas y hormigas que generan materia orgánica. El mulching, con sus troncos, raíces, materia orgánica y estructura que dan aire y microorganismos, se genera acostando con el tractor las coberturas vegetales y las propias semillas que se encuentran en las mismas vuelven a germinar generándose el rollo o ciclo". 

Hace 15 años decidieron dejar de romper los suelos y, aunque tarda años en estabilizarse, cuentan hoy con un ecosistema en equilibrio.

El edificio de la bodega

Además de la imponente figura del edificio que se alza sobre el terreno y ganó el oro en “Arquitectura, parques y jardines” a nivel local del Concurso Best of Wine Tourism 2024 organizado por la Great Wine Capitals, hay muchas otras razones que explican que además obtuvieran el galardón como la mejor del mundo en la categoría "Prácticas sustentables". 

La bodega tiene una planta de tratamiento de efluentes y residuos, y en ella se regenera el ciento por ciento del agua industrial para utilizarse para regar. El orujo y el escobajo van al compost, junto con el alperujo del aceite de oliva, más guanos y verdes que se sacan de la finca. 

Tienen un sistema de ósmosis para ablandar el agua que va al riego, sin utilizar el método de cloruro de sodio tradicional que tiene residuos contaminantes. El techo es una cúpula curva cubierta con verdes (green roof) y posee un sector técnico con sistema fotovoltaico que provee el 50% de la energía que utiliza la bodega.

Para la elaboración y guarda de los vinos cuentan con una variedad de recipientes de distintas capacidades: tanques de acero inoxidable, piletas de cemento, fudres austríacos Stockinger de cien hectolitros, ánforas de arcilla, huevos de cemento, esferas y vasijas de vidrio. Nada está estandarizado.

Uno de los detalles de la bodega es que hicieron una cápsula del tiempo en la que dejaron un mensaje para futuras generaciones.

Otro punto destacado en la finca es el gran reservorio de agua, que es un "biolago" ubicado en el frente de la bodega, en el cual las plantas regeneran el agua, oxigenándola, para que no se pudra.

El trabajo agroecológico

La agrónoma es Marina Concina y el reconocido agrónomo Ricardo "Charly" García los ayudó a estudiar, desde hace cuatro años, los cuatro reinos (vegetal, animal, suelo y humano). Fue un trabajo en etapas, que comenzó estudiando los suelos con el asesoramiento del geólogo Guillermo Corona y haciendo 55 calicatas. 

El calendario astronómico de Thun, es otra herramienta clave, que los ayuda elegir el óptimo momento para definir tareas cruciales como la poda, cosecha y embotellado de los vinos según la constelación y círculo lunar. Todos los vinos de Alpamanta están elaborados por uvas orgánicas-biodinámicas certificadas, provenientes 100% del propio viñedo para identificar el terruño. Utilizan las botellas más livianas del mercado, así como cajas y cápsulas elaboradas con productos reciclados, respetando al máximo el cuidado del medio ambiente.

Mediante el uso de la tecnología de punta mantienen la manipulación de los procesos de vinificación desde la cosecha hasta el embotellado a un mínimo: baja cantidad de sulfitos, levaduras nativas y mínima filtración.

Nuestra siguiente nota sobre Alpamanta está enteramente dedicada a sus vinos, varios de los cuales probamos junto a la enóloga Victoria Brond en la sala de degustaciones de la bodega.