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martes, 23 de julio de 2024

Lanzamiento de Cos de Cal

Cos de Cal: en las alturas de Gualta

Pequeño y exclusivo proyecto de viticultor

En la vinoteca La Vinícola del barrio de Palermo, asistimos al lanzamiento de Cos de Cal,  con la presencia de su productor el ingeniero agrónomo Alberto “Toti” Benenati y de Leandro Martínez, gerente comercial de Universo Vigil, empresa que realiza la distribución.

Producto de una larga trayectoria en la viticultura, ya que su familia posee fincas en el este de Mendoza, Benenati ha salido al ruedo con su propio vino, luego de haberse también dedicado a trabajar para grandes bodegas durante toda su vida. Este ingeniero agrónomo posee una gran trayectoria que incluye pasos por Lurton, doce años en Catena Zapata, Claroscuro y Huentala, bodega para la que actualmente está plantando una ampliación de viñedos en Gualtallary, zona que conoce al dedillo. 

             

Pero la historia de Cos de Cal comienza en el año 2005, cuando se encontraba plantando el hoy famoso viñedo Adrianna de Catena Zapata y un vecino le ofreció comprar un sector ubicado al lado. Su propuesta fue asociarse, sumando también a Domingo Prieto, que era el encargado de la finca. Así, fue que plantaron Malbec, Cabernet Franc y Syrah a una elevación a 1360 msnm.

Al principio vendieron las uvas a otras bodegas, después comenzaron a elaborar el vino para venderlo a granel. Finalmente, Toti quedó a cargo de la totalidad del proyecto y fue entonces cuando decide comenzar a hacer su propio vino de alta gama, con las uvas de este pequeño viñedo de apenas dos hectáreas ubicado en una zona que ha ganado prestigio debido a las virtudes de sus uvas, que ofrecen mucho color y son muy concentradas.

El término “Cos” hace referencia a un alto en la topografía, una elevación que se ubica entre el camino de Gualtallary y un arroyo que trazó un pequeño cañadón en la base de las Lomas del Jaboncillo.

 

Es un viñedo con suelos aluvionales pedregosos, con alto contenido del caliche y piedras de canto rodado y calcáreo disperso. Las calicatas muestran como las composiciones de estos elementos van variando en pocos metros: en algunas hay hasta 2 m de arena, pero en otras el canto rodado asoma enseguida, junto con el caliche. Lo más particular es el caliche de tonalidad rosada, que aparece en algunos lugares, de dónde salen los vinos más ricos. Por ello están experimentando con micro vinificaciones para quizás sacar algún nuevo vino específico de dichas parcelas.

“La altura hace que los rayos solares lleguen intensamente y profundizan los aromas y sabores, algo que sucede hasta con la rúcula que crece naturalmente en la zona. Nos interesa que el vino exprese el lugar”, explica Toti.

El vino es un cofermentado de las tres uvas y se realiza haciendo distintos lotes, pero manteniendo la misma proporción. Esta cosecha 2019 contiene 46% Malbec, 46% Cabernet Franc y 6% Syrah. 

El 2019 fue un año con poca lluvia por lo cual las bayas fueron un poco más chicas y en la bodega fueron tratadas delicadamente para limitar la extracción, buscando obtener la máxima expresión del viñedo. Se utilizaron levaduras nativas y hasta un 50% de racimo entero. Para la crianza se guardó el vino en foudres y barricas grandes con al menos tres usos, durante dos años

 

El vino es potente, rico y fácil de tomar. Al principio se presenta opulento y profundo, pero luego aparece una delgadez, pureza y elegante frescura, que lo hace un digno exponente de la zona de Gualtallary, aunque se distingue gracias a la presencia del Syrah, una uva no tan fácil de encontrar en la zona. Son apenas 4100 botellas y busca posicionarse entre los vinos exclusivos de esta prestigiosa región, con un precio al público de 50.000 pesos (julio 2024).


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