Nuevos viñedos para Jorge Rubio
La tradicional bodega del Oasis Sur continúa creciendo
Tras veinte años de elaborar vino adquiriendo las uvas a productores especialmente seleccionados de la zona, la bodega se integra verticalmente con la plantación de viñedos propios.
En la nota anterior te contamos un poco la historia de Bodega Jorge Rubio y te mostramos sus instalaciones, que visitamos en un tour de tres días al que fuimos invitados. En ésta, vamos a detallar su nuevo hito: la Finca El Convento. Si bien la bodega se encuentra en General Alvear, luego de buscar durante más de un año una finca que cumpliera sus requisitos, la encontraron en Real del Padre, dentro del departamento de San Rafael pero a tan solo veinte minutos de viaje en auto desde la bodega.
Se trata de una finca de 75 hectáreas que pertenecía a la familia Figueroa, adquirida en el año 2000 y que estaba plantada con viñedos de 50 a 60 años, mayormente de uvas Criollas regadas por manto. Pero ese tipo de plantaciones no era exactamente la idea de la bodega, por lo que deciden diseñar un proyecto desde cero, con la incorporación de sistemas de riego por goteo y de protección de heladas por aspersión.
Para ello excavaron un importante reservorio de agua de 140 x 70 metros con una profundidad de 4,5 m, capaz de alojar y guardar 35 millones de litros de agua proveniente de dos fuentes: el agua de riego aportada por los canales de la zona en determinados turnos asignados por la dirección de hidráulica de la provincia de Mendoza, más el aporte de un nuevo pozo, que brinda 150.000 litros por hora y busca el agua de una napa a 210 metros de profundidad (el pozo anterior existente, perforado en los años 80, ya no servía, porque era de menor profundidad y esa napa estaba demasiado salinizada, lo que terminaba afectando negativamente a las plantas).
Se instalan cuatro bombas de 20 y 25 HP, los filtros, los dosificadores de fertilizantes y un motor a explosión para alimentar el bombeo del agua por aspersión (los aspersores colocados cada cuatro filas y a tres bolillos para cubrir bien la superficie) a razón hasta un millón de litros hora.
Luego proceden al desmonte y la plantación en etapas de 48 hectáreas de vides de Malbec, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Sauvignon Blanc, Pinot Noir, Semillón y Chardonnay, todo provisto de sistemas de mangueras para riego por goteo y aspersores en todo el viñedo y redes anti granizo, una medida de precaución necesaria en estas zonas que suelen ser afectadas por este problema (ya hubieron dos granizadas este año 2024) y que, además, ayuda a atenuar los efectos de la intensa radiación solar, algo para lo cual también se tuvieron en cuenta estudios del INTA que sugieren -en esta zona- hacerlo en sentidos Noroeste y Sureste.
Los suelos son franco arenosos prácticamente homogéneos y con un poco de limo, que ayuda a retener algo de agua en profundidad, muy fértiles y que permiten a las raíces ir en profundidad con relativa facilidad en busca del agua.
En la calicata observamos que, en el viñedo plantado hace apenas un año, las raíces ya habían alcanzado hasta 80 cm de profundidad. Cuentan con una estación meteorológica autónoma, alimentada con un panel solar, que les envía permanentemente los datos al celular para un manejo preciso del viñedo.
El manejo del recurso más escaso en la zona, el agua, se piensa con detalle, aumentando el caudal de riego en invierno para lograr que la humedad se acumule en las zonas mas profundas y reduciendo el aporte en primavera, lo que además de obligar a las raíces a ir más profundas también reduce las perdidas por evaporación en las épocas mas calurosas, para lo cual se riega de noche.
Para el manejo del suelo se tuvo en cuenta, antes de plantar, realizar una descompactación con máquinas que lo dejaran mas suelto y permeable y no se hacen desorillados para evitar dañar las plantas, sino que se plantan especies como avena y mijo que compiten con la chipica (un tipo de césped muy invasivo en la zona que produce compactación del suelo). Estas a su vez generan oxigenación del suelo y forman un núcleo verde, que ayuda en las heladas para la formación del hielo sobre las mismas con la aspersión de agua por abajo del follaje de las vides, bajo el principio que esa formación desprende calor hacia arriba, la zona más sensible.
No pretenden trabajar en forma orgánica pero si sustentable, y Germán Rubio, el hijo de Jorge, se ha encargado de todos los temas agronómicos con un entusiasmo notable y mucho trabajo de investigación: para la selección de barbechos para plantar han recurrido a los mejores viveros de Mendoza y a los clones de Malbec de Tempus Alba de Aldo Biondolillo, selecciones de Las Compuertas, Luján y Valle de Uco de vivero Mercier, Chardonnay clones 121 y 95, Pinot Noir clon 777, Sauvignon Blanc clon 242 y Semillón clon 101, utilizando pies Paulsen en las zonas mas arenosas de las fincas y arriesgando con pie franco en el resto. Se deja un espacio entre filas de 2,40 m lo que permitirá la cosecha automática.
La finca contaba con una casa patronal y un sector donde había una Virgen y un campanario, razón por la cual le dieron el nombre de El Convento, que ha sido completamente remodelado, como se observa en la foto anterior.
Luego de recorrer la finca (y entender mejor cómo pega el sol en esta zona de Mendoza y el porqué hay que proteger tanto esas uvas), nos esperaba una picada de quesos y fiambres locales, mientras que en el asador se doraban un enorme vacío y un chivito a la cruz.
La picada fue disfrutada con el nuevo Finca Gabriel Edición Especial Rosé Malbec, fresco y delicado, con presencia frutal, buena acidez y un agradable y equilibrado final.
Y a continuación probamos los A Contramano Criolla Chica 2022 (que ha ganado complejidad con la guarda) y A Contramano Naranjo de Moscatel.
Llegado el asado fue el momento de un excelente Gran Reserva Bicentenario Malbec y de conocer al resto del equipo enológico, con el aporte de Gisella Romero y Micaela Sosa, que se encuentran estudiando la licenciatura en enología en San Rafael y llevan adelante las tareas operativas en el día a día.
No faltó la música cuyana, con un trio de guitarra al mando del reconocido músico Daniel Sosa que lleva casi 65 años cantando tonadas, cuecas y zambas. Luego de disfrutar los productos de la finca de los abuelos de Andrea (la esposa de Germán Rubio), unas peras y duraznos en conserva increíbles, brindamos por la amistad y el encuentro con Privado Espumante Extra Brut.
Antes de regresar al hotel fuimos invitados a visitar la antigua Bodega Faraón, hoy convertida en museo municipal, en la cual Jorge realizó parte importante de su carrera como enólogo y cuyos detalles contaremos en nota aparte.
La cena de despedida se dio en el restaurante Pámpano, ubicado en el centro de la ciudad, de buena gastronomía y con los vinos A Contramano Naranjo de Moscatel, y el Jorge Rubio Anfora Malbec que vienen elaborando desde hace poco en unas ánforas de terracota traídas desde España, un vino de esos que una copa da paso a la otra sin solución de continuidad, mientras se van vaciando las botellas: excelente.
Jorge Rubio es una bodega ágil, que en el pasado supo ser pionera en exitosas estrategias de marketing como la venta directa a empresas con etiqueta propia de las mismas o las ya clásicas, famosas y aún vigentes etiquetas de cuero.
En estos últimos años ha comenzado a incursionar con vinos alineados en las nuevas tendencias, sin paso por barrica, con su línea "A Contramano", que incluyen todos los tipos de vinos “modernos o de moda” que aparecieron en los últimos años como las Criollas, los Naranjos y los Pet Nat; con la particularidad de hacerlos sin estridencias, amables y fáciles de tomar para el público en general.
Su futuro luce promisorio y la decisión de abarcar el proceso en forma integral con su finca propia, comenzará seguramente a dar sus frutos en pocos años, con vinos diseñados desde el viñedo que con seguridad conformarán una nueva alta gama y harán que la bodega vuelva a presentar un nuevo salto de calidad, tal como nos tiene acostumbrados.
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