4 de diciembre día del Cabernet Franc
La cepa con mayor crecimiento en Argentina
El Día Internacional del Cabernet Franc se celebra el 4 de diciembre, fecha que conmemora el papel del cardenal-duque de Richelieu, Armand Jean du Plessis, quien llevó esta cepa de vino a la región de Burdeos, Francia.
Se puede decir que el Cabernet Franc es el “padre nuestro del vino” debido a su prolífica descendencia: es padre del Merlot (junto a la Magdeleine Noire des Charentes, madre también del Malbec), del Cabernet Sauvignon (en cruza con la Sauvignon Blanc) y del Carménère (cuya madre es el Gros Cabernet).
Es una uva originaria del País Vascofrancés y se cultiva tradicionalmente en Burdeos y el Valle del Loira (Chiron), donde se da en un estilo menos alcohólico y con un carácter herbáceo por el clima frío de la zona. En Francia existe la mayor superficie plantada, superando las 32.000 hectáreas, seguida de Italia, EE.UU. y Argentina, donde viene creciendo aceleradamente, pasando de apenas 76 hectáreas en 1990 a aproximadamente 1.860 hectáreas en la actualidad. Aun así, apenas representa el 0,9 % de la superficie total plantada, y la gran mayoría se encuentra en Mendoza, en zonas de alturas superiores a los 800 metros sobre el nivel del mar y de alta calidad, como Luján de Cuyo y el Valle de Uco.
Los adjetivos calificativos que surgen al buscar en el diccionario una traducción del francés de la palabra "franc" son: puro, natural, completo, directo, sincero... y no es extraño, por lo tanto, que se haya incluido en el nombre de esta cepa esa acepción, ya que quienes lo cultivan saben bien que es una uva súper sana, que no se enferma, que es ordenadita, con brotes bien verticales y que además madura bien y no suele tener muchos problemas.
Los vinos de Cabernet Franc son de cuerpo medio y presentan en nariz aromas herbáceos y de pimiento morrón, combinados con notas de frutos rojos como frutilla y frambuesa, e incluso grafito. En climas más fríos, pueden presentarse notas de violetas, mientras que en los más cálidos se pueden apreciar sabores de frutas secas y notas de pimienta de cayena. En boca, muestra niveles de acidez y taninos relativamente altos, aunque menos que el Cabernet Sauvignon, en especial si se trata de climas más fríos. Tiene aromas y sabores parecidos a los del Cabernet Sauvignon debido a sus pirazinas, con notas en nariz de pimiento morrón, espárragos y arvejas, y en boca es suave, más cercano al Malbec.
Es una cepa que funciona muy bien en blends y que en nuestro país ha tenido éxito cofermentada o en cortes con Malbec. Además de su plasticidad para mejorar los blends, el Cabernet Franc argentino destaca cuando se elabora como varietal y, como tal, la tendencia indica que su venta va en aumento, tanto en el mercado interno como en el mercado externo, con subas por arriba del 600 % en los últimos 10 años.
En la Argentina ha producido un boom debido a la calidad que han logrado algunos ejemplares (como las cosechas 2013 y 2019 de Gran Enemigo Single Vineyard de Alejandro Vigil con 100 puntos Parker), donde –de manera parecida a lo sucedido con el Malbec– disfruta de climas más cálidos que en su lugar de origen y adapta amablemente sus cualidades vegetales, logrando una excelente madurez de los taninos y manteniendo la frescura aromática que lo caracteriza.
Pareciera que muchas bodegas le van encontrando la mano a esta noble cepa, lo cual queda demostrado en la cantidad de etiquetas que ya se ofrecen en el mercado.
A disfrutar entonces de un buen Cabernet Franc en su día.
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