Bodega Sineres
La burbuja de Calamuchita que se animó a cambiar la historia
La historia de Bodega Sineres comienza de manera inesperada. Cuando en la región de Calamuchita se prohibió la plantación de papas y legumbres, surgió una oportunidad: la promoción de viñedos.
Andrea Fisore tenía la tierra heredada de su padre y junto a su esposo, el ingeniero agrónomo Agustín Sommavilla, decidieron apostar al vino y pronto descubrieron que la vcariante con burbujas les ofrecía mayores facilidades: el proyecto hizo foco en los espumantes porque la inversión en una champañera costaba apenas un cuarto de lo necesario para montar una bodega, y esa decisión marcó el rumbo.
En 2012, junto a Bodegas Furfaro y Vista Grande, plantaron los primeros viñedos de la zona. Al inicio privilegiaron las uvas tintas, pero pronto descubrieron que los blancos encontraban en este terroir serrano una expresión sorprendente.
La primera producción llegó en 2018. Con un rango de alrededor de 10.000 botellas anuales, hoy cultivan tres hectáreas con Sauvignon Blanc, Merlot y Cabernet Sauvignon, además de trabajar con uvas compradas de Potrero de Garay para su Pinot Noir.

Elaboran burbujas con Chardonnay, Pinot Noir y Malbec, todas conservadas sobre lías hasta el degüelle, que se hace a medida de la demanda.
El enólogo es Emiliano Guzmán, mendocino con experiencia en Lagarde, quien guía un estilo fresco y elegante. Su Sineres Pinot Noir 2020 Brut Nature, con apenas 4 g de azúcar, obtuvo 93 puntos de Tim Atkin. Al principio se elaboraba como blanc de noir, pero desde 2021 muestran un perfil más rosado. Otra etiqueta emblemática es el Sineres Chardonnay 2018, reconocido como vino revelación por Tim Atkin con 94 puntos.
La línea se completa con el Sineres Malbec Línea Escondida 2019, que guarda una curiosa historia: el 2018 no llegó a declararse en el INV, por lo que terminó ensamblado con la 2019 y permaneció 50 meses sobre lías, ganando una complejidad inusual. La estrategia actual es mantener siempre tres variedades en el portfolio, cosechadas temprano en febrero para esquivar las heladas.
El nombre mismo del proyecto tiene su encanto: Sineres fue idea de Agustín, quien decidió usar con humor su dificultad para pronunciar la doble “r”. Un gesto de autenticidad que terminó definiendo la identidad de la marca.
En la visita también hubo espacio para probar otros vinos de la región. Entre ellos, Río del Medio Malabar Sauvignon Blanc 2023, de Carlos Testa, un blanco floral y con notas de ruda y maracuyá, proveniente de Los Reartes (910 msnm).
También el Tizum Malbec Gran Reserva 2020, con 24 meses en barrica y apenas 1.200 botellas, muestra el potencial del lugar: un terroir donde no hace falta corregir la acidez y donde los tintos ganan con paciencia, mientras que el Sauvignon Blanc deslumbra por su frescura natural.
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